Fracaso. El comisario europeo de Medio Ambiente, Stavros Dimas (d) y el ministro sueco de Medio Ambiente, Andreas Calgren, hablan en la sexta jornada de la Cumbre de la ONU sobre Cambio Climático.
La Unión Europea (UE) asumió que no podrá lograr un acuerdo internacional vinculante sobre cambio climático antes de finales del año que viene tras el fracaso de la cumbre de Copenhague, del cual culpó a Estados Unidos y China, aunque se comprometió a seguir trabajando y a presionar a otros países para que adquieran compromisos serios.
"Fue obvio que Estados Unidos y China no quisieron más de lo que hemos alcanzado en Copenhague", comentó el ministro sueco de Medio Ambiente, Andreas Calgren, quien aseguró que la UE debe aprender de la experiencia.
La primera cita oficial para cerrar un pacto global obligatorio que sustituya al Protocolo de Kioto en 2013 será la cumbre de la ONU de noviembre de 2010 en México, hasta entonces España primero y luego Bélgica -futuras presidencias de la UE- tendrán que allanar el terreno sobre la base del acuerdo de mínimos cerrado en Copenhague.
La primera reflexión sobre lo ocurrido se produjo ayer y la siguiente tendrá lugar en una reunión informal de ministros de Medio Ambiente en Sevilla del 14 al 17 de enero, en la que se analizará un documento de evaluación que preparará para entonces la Comisión Europea (CE).
Aunque todos los países de la UE coinciden en que el resultado de Copenhague es un punto de partida decepcionante y poco ambicioso no pierden de vista que se trata al menos de un comienzo para seguir negociando.
La secretaria española de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, destacó ayer al término del Consejo de Ministros de Medio Ambiente celebrado en Bruselas que la ONU espera que los países comuniquen antes del próximo 31 de enero objetivos concretos de reducción de emisiones contaminantes.
"Ahora hay un plazo crítico", señaló la española, quien aseguró que justamente la falta de concreción en el nivel de ambiciones fue uno de los elementos que más se echó en falta en Copenhague.
"Es capital que no haya sorpresas a la baja", añadió en referencia a la posibilidad que las naciones que ya habían anunciado compromisos de reducción presenten ahora apuestas aún menos ambiciosas.
En su opinión, hay que avanzar partiendo de lo que ya tenemos e incluir nuevos elementos a las cifras que ya existían para facilitar la comparación del esfuerzo que realice cada país.
La UE mantendrá su objetivo de recortar en 2020 sus emisiones en un 20 por ciento con respecto a los niveles de 1990, así como su oferta de elevar esa reducción hasta el 30 por ciento si otros países adoptan compromisos equivalentes.
"Nuestra oferta del 30 por ciento sigue ahí, ahora la presión está en Estados Unidos", aseguró al término del encuentro Calgren.
"La UE está decidida a seguir trabajando para lograr un acuerdo vinculante", añadió.
Los ministros europeos se mostraron en general decepcionados por el resultado de Copenhague que no consideraron a la altura de las necesidades si realmente se quiere impedir que la temperatura del planeta se eleve por encima de los dos grados centígrados.
Calgren reconoció que es posible que el fracaso de Copenhague haga resurgir propuestas como la francesa de aplicar aranceles en las fronteras comunitarias a productos como los energéticos a fin de evitar la desventaja competitiva y desmotivar el traslado de las fábricas europeas al exterior, pero confío en que no se pierda de vista que el objetivo final es lograr un acuerdo global.
La Comisión Europea (CE) se mostró algo más positiva en su evaluación ahora al asegurar que "Copenhague no es el final sino el principio" y que "un resultado es mejor que ningún resultado", según subrayó el comisario de Medio Ambiente, Stavros Dimas.
Otro de los logros que destacó el comisario es la creación del fondo de 30,000 millones de dólares para ayudar a los países en desarrollo a combatir el calentamiento global entre 2010 y 2012, así como el reconocimiento de que a partir de 2020 estas naciones necesitarán unos 100,.000 millones de dólares para financiar las medidas medioambientales.
Por su parte, la todavía Presidencia sueca de turno de la UE -concluye su mandato a finales de año- publicó un texto de conclusiones sobre la reunión en el que recuerda que los Veintisiete están dispuestos a contribuir a la financiación hasta 2012 para países en desarrollo con 7,200 millones de euros.