El máximo escenario del arte y la cultura en México, el Palacio de Bellas Artes, que sorprende a propios y extraños por la fastuosidad de su arquitectura, cumple 75 años de haber sido inaugurado oficialmente, el 29 de septiembre de 1934.
Su construcción se inició el 2 de abril de 1904 a fin de reemplazar al demolido Teatro Nacional. El proyecto estuvo a cargo del arquitecto italiano Adamo Boari, quien diseñó un edificio ecléctico mezclando los estilos Art decó y Art Noveau.
En su construcción se empleó mármol blanco en la fachada y mármoles de diversos tonos en el interior que cuenta con obras de los grandes muralistas mexicanos David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera y José Clemente Orozco, entre otros.
Esta obra, encargada por el entonces presidente de la República, Porfirio Díaz, tiene una altura de 52 metros hasta el espiral y 42.5 hasta el techo, cuatro pisos y la Sala Principal, así como la Manuel M. Ponce y la Adamo Boari.
Debido a problemas de hundimiento del suelo, así como económicos, la salida de Adamo Boari del país y del estallido de la Revolución Mexicana, la construcción fue suspendida y reanudada varias veces durante 30 años.
El foro cuenta con un gran telón de cristal cromático antifuego (único en el mundo dentro de un teatro de ópera) con la imagen de los volcanes mexicanos Popocatépetl e Iztaccíhuatl, con un mecanismo especialmente diseñado para subirlo y bajarlo, ya que tiene un peso superior a las 24 toneladas, realizado por la Casa Tiffany de Nueva York, a modo de un enorme rompecabezas.
El Palacio de Bellas Artes es la sede de dos museos: el Museo del Palacio de Bellas Artes y el Museo Nacional de Arquitectura. En sus muros interiores se puede apreciar obras de los grandes muralistas mexicanos como: David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera, José Clemente Orozco, Juan O'Gorman y Rufino Tamayo, entre otros.