Alegría. Fernando Eimbcke ganó la cuarta edición de la Beca Tribeca Film Institute. ARCHIVO
MORELIA, MICH. Fernando Eimbcke, con El Diario de un Elefante, y Everardo González, con Cuates de Australia, se convirtieron en los cineastas mexicanos ganadores de la cuarta edición de la Beca Tribeca Film Institute.
En una breve conferencia realizada en la edición del Festival Internacional de Cine de Morelia se anunció a los afortunados que se unen a la lista de los ganadores en las tres ediciones anteriores, en la que estuvieron presentes Eimbcke y González.
El programa de becas es auspiciado por el Fondo para las Artes Audiovisuales Tribeca Latinoamérica, con el objetivo de apoyar a realizadores latinoamericanos en la creación de una nueva obra que contribuya al panorama artístico internacional, mediante el cine y el video con la innovación creativa, a través del uso de nuevas tecnologías.
El Diario de un Elefante es un largometraje que cuenta la historia de un hombre de 50 años que se ve obligado a cuidar de su padre, quien lo abandonó cuando tenía nueve años.
Eimbcke señaló que es un proyecto que está en proceso de argumento, "no me gusta hablar tanto de los trabajos porque se desgastan al contarlos, sin embargo, quiero decir que todo se centra sobre un niño que es abandonado por su padre, que luego del paso del tiempo buscará la redención".
Agregó que este tipo de estímulos permiten la libertad creativa y esa es la diferencia para buscar este tipo de financiamientos.
Norteado recibe ovación
Con ovaciones fue recibido ayer el filme Norteado, de Rigoberto Perezcano, proyectado en la sección en competencia de Largometraje Mexicano, en el 7§ Festival Internacional de Cine de Morelia.
Además, la ópera prima de Perezcano unificó el criterio entre algunos representantes de los medios que ya la perfilan como la ganadora del Palmarés.
La película narra, mediante un híbrido de documental y comedia de ficción, la historia de "Andrés" (Harlod Torres), un emigrante oaxaqueño empecinado en cruzar la frontera por Tijuana para obtener trabajo en la Unión Americana, a fin de juntar el dinero y poder pagarles a sus primos su colaboración en el traslado.
Al final de la proyección, los bravos y los prolongados aplausos cobijaron la sala y permitieron al director, al productor y a dos de los actores de la película respirar tranquilos, pues pasaron la prueba con Mención Honorífica.
