El juez de la Audiencia Nacional española, Baltasar Garzón, dictó hoy formal prisión para los principales dirigentes del brazo político del grupo armado ETA, detenidos el martes en el País Vasco, en el norte de España.
En un auto judicial, tras tomarles declaración, el magistrado ordenó el ingreso en prisión del ex portavoz de Batasuna (nombre del brazo político de ETA en el momento de su ilegalización), Arnaldo Otegi y otros de los detenidos.
Entre ellos el ex secretario del sindicato independentista Langile Abertzaleen Batzordeak (LAB), Rafael Díez de Usabiaga, Sonia Jacinto, Arkaitz Rodríguez y Miren Zabaleta, hija del coordinador de la formación Aralar, Patxi Zabaleta.
Mientras, quedaron en libertad Rufino Etxebarría, José Luis Moreno, Ainara Oiz, y a José Manuel Serra y Amaia Esnal se les fijó una fianza de 10 mil euros (14 mil 900 dólares).
Garzón confirmó que los detenidos pretendían reorganizar a 'Bateragune' (Comisión de Coordinación), un órgano constituido en 1999 como interlocutor entre el grupo separatista Patria Vasca y Libertad (ETA) y grupos del llamado Movimiento Nacional de Liberación Vasco (MNLV).
Explicó que tras ser ilegalizada Batasuna en 2003 y cerradas las puertas para crear otra organización, ETA instruyó 'la transferencia de la función de referente político de Batasuna a Bateragune' como principal representante de la izquierda 'abertzale' (patriota).
'Las iniciativas diseñadas por los integrantes del 'Bateragune' y su finalidad, promover un proceso de convergencia soberanista, a pesar de su carácter político, responden a una decisión previa de ETA y se enmarcan en un proyecto de carácter político-militar', indicó.
Dijo que 'junto a esas -apuestas políticas-, contempla campañas de violencia terrorista vinculadas a su evolución, a ejecutar por ETA. Es decir, no existe autonomía alguna de las iniciativas de Bateragune respecto de ETA por la simple razón de que se incluye en ésta'.
En su auto, Garzón citó no sólo los documentos intervenidos a los detenidos, sino otros incautados a miembros de ETA en Francia, en los que se hace referencia a la estrategia política que incluye contactos con otras formaciones independentistas.
Ello con el objetivo de 'constituir una nueva mayoría social que sirva de base para superar el actual marco jurídicopolítico' y, como incentivo para ello, se plantea 'ofrecer una serie de patrones en la lucha armada'.
Con esa decisión se pretende lograr acuerdos entre formaciones independentistas 'pero, sin que éstos conlleven forzosamente el abandono de la violencia terrorista, cuestión que ETA ha venido a confirmar con posterioridad a través de los comunicados'.