"No es la más fuerte ni la más inteligente de las especies la que sobrevive, sino la más adaptable al cambio."
Charles Darwin
A 200 años de su nacimiento, que se cumplen precisamente este 12 de febrero, Charles Darwin es reconocido como uno de los hombres de ciencia más importantes de la historia. Su teoría de la evolución nos permitió comprender el proceso de cambio en los seres vivos a través del mecanismo de selección natural.
Pocas teorías científicas han sido tan comprobadas por los hechos como ésta; y casi ninguna, ni siquiera la de gravitación de Isaac Newton que ha sido rebasada o complementada por hallazgos posteriores de la física, goza de tal aceptación en la comunidad científica internacional. Sin embargo, en algunos países del mundo, particularmente en Estados Unidos, se sigue cuestionando la teoría de la evolución por considerar que es contraria a una interpretación literal de los textos del Antiguo Testamento de la Biblia. Por eso es tan importante hoy recordar a Darwin y entender sus ideas.
Parece increíble, pero a estas alturas del siglo XXI hay todavía escuelas de distintos niveles en Estados Unidos donde no se enseña la teoría de la evolución o se considera ésta como una hipótesis que compite en validez con una idea a la que se ha denominado "creacionismo".
El creacionismo sostiene que, como se narra en el Génesis, Dios creó el universo y la Tierra en unos cuantos días y que culminó el proceso con la creación primero del hombre y después de la mujer. Este proceso de creación habría tenido lugar hace poco más de cinco mil años, de manera que la teoría de la evolución, que requiere de millones de años para que el proceso de selección natural pueda funcionar, sería falsa.
La comunidad científica rechaza de manera unánime esta visión y sostiene que la evolución ha sido más que comprobada por los restos fósiles. Sostiene, en contraste, que la información científica disponible contradice muchos de los preceptos del creacionismo y la literalidad de los textos bíblicos. Esta contradicción no molesta a los científicos cristianos que, como Francis S. Collins, del Proyecto del Genoma Humano, ven los textos bíblicos como metáforas antes que pensar que Dios ha jugado una gigantesca broma a los humanos al colocar en el mundo innumerables pruebas de una evolución que no tuvo lugar. Muchas iglesias cristianas y comunidades judías no tienen problemas en mantener su fe y aceptar la evidencia científica de la evolución.
Algunos grupos religiosos, sin embargo, siguen manteniendo que el texto de la Biblia es una descripción verídica y literal del surgimiento del universo, el planeta Tierra, la vida y el ser humano. Un sorprendente porcentaje de los estadounidenses se ha visto influido por este punto de vista. Una encuesta de Gallup de 2004 señalaba que 55 por ciento de la población de Estados Unidos considera que Dios creó al ser humano en su forma presente. Un 65 por ciento pensaba que el creacionismo debería enseñarse en las escuelas junto a la evolución, mientras que el 37 por ciento afirmaba que sólo debería enseñarse el creacionismo sin dedicarle tiempo a la evolución. Entre quienes se consideran cristianos evangélicos y quienes asisten a servicios religiosos todos los domingos el número de quienes consideran que en las escuelas sólo debe enseñarse el creación sube a 60 y 50 por ciento respectivamente. El propio George W. Bush, cuando era presidente, sostuvo que la idea del "diseño inteligente", que sostiene que Dios creó al ser humano y ha guiado la evolución, debería enseñarse junto a la teoría de la evolución.
Los festejos por el bicentenario del nacimiento de Charles Darwin nos dan la oportunidad de reforzar la información que tenemos acerca de la evolución y del creacionismo. Afortunadamente, en el sistema educativo mexicano no ha surgido una corriente que cuestione la veracidad de las teorías de Darwin. Esto se debe, en parte, a que la Iglesia Católica ha sido más abierta que otras a aceptar la Biblia, particularmente el Antiguo Testamento, como un texto metafórico antes que como una versión literal de la historia de la humanidad.
Los problemas que todavía subsisten para lograr la aceptación de la evaluación deben hacernos entender las dificultades que enfrentó el propio Darwin en su momento y que lo llevaron a no divulgar abiertamente sus ideas hasta que Alfred Russell Wallace llegó a conclusiones similares.
Hay que admirar el valor que tuvieron estos dos investigadores para entregar a la sociedad una teoría que existía en el ambiente intelectual desde los tiempos de la antigüedad, pero a la que nunca se le había dado rigor científico.
La Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia, que incluye entre otros a los ex presidentes Ernesto Zedillo de México, Fernando Henrique Cardoso de Brasil y César Gaviria de Colombia, y los escritores Mario Vargas Llosa de Perú y Paulo Coelho de Brasil, ha reconocido lo inevitable al señalar que la guerra contra las drogas está resultando un fracaso. El grupo propone que se estudie la despenalización para uso personal de drogas leves, como la marihuana, y la concentración del esfuerzo en drogas más nocivas. La represión simplemente no está funcionando, señala el informe preparado por los 17 notables que participan en la comisión.
