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Davos y la crisis

Jaque mate

Sergio Sarmiento

“La regulación no impedirá la próxima crisis.”

Ricardo Hausmann

DAVOS, SUIZA.- Incluso los países que se comportaron impecablemente y fueron previsores están teniendo que pagar el costo de la crisis. Ahí está el caso de España, dijo ayer Ricardo Hausmann de la Universidad Harvard, en el Foro Económico Mundial de Davos. “El Banco de España entendió que había una burbuja hipotecaria y aplicó una buena regulación. De hecho salvó a los bancos españoles, que están en buena situación y están comprando bancos en Inglaterra. Pero eso no impidió que el desastre afectara al país.”

Paradójicamente Estados Unidos, el país que provocó la crisis, que tuvo un enorme déficit de presupuesto y que falló en la regulación de las instituciones financieras, tiene hoy ventajas que ninguna otra economía posee. “Sólo Estados Unidos puede enfrentar la crisis bajando las tasas de interés y ampliando su déficit”, dice Hausmann. “Inglaterra lo trató de hacer y la libra se desplomó.” La razón es que, por alguna extraña razón, en esta búsqueda de calidad que llevan a cabo los inversores, la economía de Estados Unidos y el dólar se han convertido en poderosos imanes, “a pesar de la desaparición de Wall Street como intermediario financiero”.

“La regulación no impedirá la próxima crisis”, afirma Hausmann. Cuando hay accidentes de aviación, las autoridades revisan todos los factores del suceso con el propósito de impedir que vuelva a ocurrir un accidente por esa causa. “Pero esto funciona mientras los accidentes son muchos y la innovación poca. En el mundo financiero, la innovación es constante y los desastres relativamente infrecuentes, quizá una vez cada 10 o 20 años. [Por eso] no sabemos de dónde vendrá la próxima crisis.”

El pesimismo estaba presente ayer por doquier en Davos. “La crisis está empeorando”, dijo Rupert Murdoch, el magnate de los medios que es hoy co-presidente de la reunión. Stephen Roach, presidente del consejo de Morgan Stanley, afirmó que “no podemos subestimar los retos y peligros que el mundo enfrenta en este 2009”. Kofi Annan, el ex secretario general de las Naciones Unidas, que este año es también co-presidente del Foro de Davos, señaló ayer que a la crisis económica y a la social hay que añadir también la del cambio climático, que no podemos darnos el lujo de olvidar.

Fascinante fue ayer la presentación de George Soros ante la comunidad de reporteros y columnistas que año con año cubre el Foro. “El sistema financiero que antes considerábamos natural se ha desplomado”, dijo. “Los hechos han demostrado que la hipótesis de los mercados eficientes es falsa. Éste no es un choque externo. Es una negación del supuesto carácter de autocorrección de los sistemas financieros.”

Para Soros, el financiero que quebró al Banco de Inglaterra en 1992 y que es considerado uno de los más astutos especuladores en el mercado –al grado que, según dijo, no perdió dinero en esta crisis, sino que logró que sus inversiones terminaran en terreno positivo-, el viejo sistema financiero debe desecharse para ser reemplazado por uno nuevo. “El problema de hoy es peor que el de los años treinta –señaló-. En 1929 la deuda total en Estados Unidos era de 130 por ciento del Producto Nacional Bruto y aumentó a 300 por ciento como consecuencia de la deflación y la caída de la economía. En 2008, la deuda representaba el 350 por ciento del PNB y está destinada a aumentar hasta 500 por ciento.”

Soros sostiene que no hay más opción que crear dinero para sacar a la economía mundial de esta crisis. “Eso es lo que se está haciendo en Estados Unidos.” A nivel internacional se pude lograr esta creación de dinero aprovechando los “derechos especiales de giro” del FMI para otorgar crédito a los países con el fin de evitar la quiebra de sus sistemas financieros. Pero no es poco el dinero que se requiere. “La capitalización total del sistema bancario en Estados Unidos es de un billón de dólares. Los bancos necesitan uno y medio billones para mantenerse a flote. [Una inyección de dinero de este monto al capital] equivaldría a una nacionalización, que no es políticamente aceptable en este momento.”

La pregunta que con más frecuencia se está haciendo en Davos es cuánto tiempo habrá que esperar para una recuperación económica. Las respuestas fluctúan en general de uno a tres años. Pero Soros es más negativo. “No es una pregunta relevante –dice—porque el sistema financiero se desplomó completamente y no sabemos qué lo sustituirá.” Sin embargo, “será muy difícil que Estados Unidos crezca 3 por ciento al año en cuando menos una década.”

CHINA

En un momento en que los países que siempre han defendido el libre comercio empiezan a refugiarse detrás de nuevas barreras proteccionistas, la China comunista se ha convertido en el baluarte del libre comercio. Wen Jiabao, el primer ministro chino, ha señalado en Davos que algunos países desarrollados mantienen la retórica de la libertad de comercio, pero en la práctica erigen barreras comerciales. Por eso considera indispensable apoyar a la Organización Mundial de Comercio para concluir la Ronda de Doha. La razón de la posición china es muy clara. Si bien el Gobierno de ese país ha empezado un programa de estímulo para su economía interna, sabe que necesita seguir exportando para mantener una cifra de crecimiento siquiera cercana a las que ha tenido en los últimos años.

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