Después de la angustia, explotó la alegría de los aficionados de todas las edades. (El Universal)
MÉXICO, D.F.- Las manos en las mesas golpeaban tanto que la vibración se sentía hasta el piso. Giovani Dos Santos preparaba su tiro libre directo y en la mesa 25, un joven ponía el tres con los dedos pidiendo al mesero otra ronda de cervezas para sus amigos. "¡Viva Méxicoooo, vamos a ganaaar!", pronosticaba un hombre de cabello gris y traje negro que salía ya en estado alcoholizado del Salón Corona.
Dos rubias en la esquina juntaban las manos como en oración; como si en esa jugada se les fuera la vida. "Uuuta fallaron como siempre", se escuchó en la mesa de al lado, una voz poco optimista que más tarde se arrepentiría por el 2-1 de la Selección Mexicana contra la de Estados Unidos.
Mientras que en el tradicional lugar de encuentros futboleros y cerveza de barril se jugaba el orgullo nacional, -aunque sea por un par de horas-, afuera, las calles del Centro Histórico se vaciaron, los oficinistas se "volaron" horas de trabajo y algunos olvidaron sus negocios. Todo, por la euforia futbolera. Los Barrientos llegaron a las 12:30 horas al histórico salón ubicado en Bolívar y Madero. Para Miguel, su esposa, sus hijos y su cuñada, de la colonia Obrera, ya es una tradición ver los partidos mientras saborean un caldo de camarón o tortas "gringas".
Un joven de lentes le daba un trago a su cerveza cuando: "¡Goooooooollllll!". Los comensales alzaron los brazos. Gerson, -un niño de 10 años que de grande quiere ser artista-, tomó las manos de su mamá y brincó contagiado de la emoción. La gente se entonó: "México, México", seguido de un "oleee oleoleoleeeee" y la cuenta de las güeras de la esquina: "1, 2, 3 chiquitibum a la bim bom ba...!". Fueron segundos de felicidad en el que se olvidó el "shock financiero" que vive México.
AGREDEN A TURISTAS Y A EMBAJADA
Los festejos por el triunfo de la Selección Mexicana se vieron empañados por desmanes ocasionados por fanáticos que intentaron agredir a turistas americanos y a su embajada.
Un grupo de fanáticos intentó agredir a otro de turistas que portaban la camiseta de la Selección de Estados Unidos y quienes llegaban al hotel María Isabel Sheraton, ubicado en Paseo de la Reforma. Mientras que algunos rijosos les lanzaban insultos y botellas de plástico, granaderos corrían a resguardar a los extranjeros.