Todo el mundo ha estado pendiente de lo que ocurre en los míticos 100 primeros días de Gobierno de Barack Obama; tanto sus partidarios como sus enemigos observan cada paso, cada palabra, cada decisión, para saber por dónde irá la política gubernamental del primer presidente negro en la historia de los Estados Unidos.
Y ahí está, rodeado de reporteros, fotógrafos, analistas y comentaristas, trabajando a marchas forzadas porque la tarea que le ha tocado es verdaderamente titánica.
En las semanas y meses anteriores a su llegada a la Casa Blanca, junto a sus expertos consejeros seleccionó a los mejores hombres y mujeres para formar su gabinete; cada uno fue estudiado con cuidado, su historial, su experiencia, su rendimiento en las área en la que experto o experta, sus expectativas, todo, incluso su familia, sus bienes, sus negocios, todo con el fin de escoger al mejor en cada área.
Y así lo ha hecho, y aquí yo comenté que en el área de la Salud, había escogido a un ex-senador particularmente brillante, Tom Daschle, que tuvo una excelente carrera en el Senado, promovió una de las mejores reformas de Salud, -que desafortunadamente no pudieron concretarse-, tiene una muy buena fama con sus compañeros legisladores y con la comunidad científica.
Pues bien, alguien pudo detectar que en los años anteriores, Daschle tuvo un automóvil y un chofer que le fue proporcionado por una empresa farmacéutica, y no pagó impuestos; la suma fue 128 mil dólares, que él se apresuró a cubrir cuando se supo el "error" cometido. Al parecer no pasaría esto a mayores, pero luego se supo que recibió jugosas sumas de dinero por actuar como "cabildero" en las tareas legislativas, lo que añadió problemas a su historial. En esta semana, Daschle presentó su renuncia a Obama, quien se la aceptó de inmediato y reconociendo su error dijo "reconozco el error, pero lo importante es que tenemos que mandar un mensaje: que no hay dos tipos de reglas, uno para la gente importante y otro para el ciudadano común que tiene que pagar impuestos". Esto habla de la dignidad con la que Barack Obama desea llevar su presidencia; sabe que es humano, y humano es errar, pero reconociendo el error, el siguiente paso es corregirlo. Así sucedió también con Nancy Killefer, que había sido contratada para un puesto como oficial de enlace en la Casa Blanca, y ya renunció también; en ambos casos es claro que el mensaje es que se actuará con transparencia en todo momento. Y yo pregunto, aquí en mi México, ¿cuántos funcionarios públicos, cuántos líderes sindicales, cuántos gobernadores, presidentes municipales, síndicos, etc. pagan sus impuestos correctamente?. La ley de Transparencia es algo inexistente para los hombres y mujeres de la política, que se creen por encima del populacho y viven con patente de corso; lamentablemente pasará mucho tiempo para que podamos llamar a cuentas a quienes desde puestos del Gobierno han violado la ley, aunque sea en el pago de impuestos, mientras eso sucede, seguiremos insistiendo en la necesaria transparencia, en la rendición de cuentas, en eso que se llama honestidad y dignidad, que algún día serán realidad en nuestro querido México.
Todo el mundo habla de la Crisis, todos estamos preocupados, realmente, por lo que ocurre en nuestra vida, en nuestra familia, en nuestra sociedad. Cierto, la crisis está ahí, consecuencias de cientos de errores de cientos de individuos con pocos conocimientos, poca ética y poca moral.
Pero creo que no ganamos mucho sembrando más temores y terrores por la crisis; ante la crisis tenemos que actuar: trabajando más, buscando otra forma de superar nuestras carencias, asociándonos con colegas o amigos para iniciar nuevos negocios, etc.etc..
Más que sembrar más temores por la crisis, podemos sembrar esperanzas, primero en nosotros mismos, (la crisis no debe afectar nuestra salud), y luego en quienes están cerca, para que día con día, a pesar de la crisis, podamos sentirnos bien y de buenas.
