La lección trataba de los tiempos del verbo. Les pide a los niños la maestra: "-Díganme en qué tiempo está el verbo en la siguiente frase: '-Esto no debió haber sucedido'". Responde sin vacilar Pepito: "-¡En preservativo imperfecto, maestra!"... Himenia, madura señorita soltera, está en el consultorio del médico joven, simpático y apuesto. El doctor le pide que se desvista para revisarla. Poco después entra y le pregunta: "-¿Ya se desvistió, señorita Himenia?". "-Sí, doctor -responde ella tímidamente-. ¿Y usted?"... Un amigo encuentra en la calle a Babalucas. "-¡Quihubo Babalucas! -lo saluda con singular afecto-. ¡Tenía mucho tiempo de no verte! ¿A qué te dedicas ahora?" Responde muy serio Babalucas: "-Compro huevos a 3 pesos cada uno, los echo en agua hirviendo y luego vendo huevos duros a 3 pesos cada uno". el amigo se desconcierta. "-No entiendo -dice-. Compras huevos a 3 pesos, los haces duros y luego los vendes otra vez a 3 pesos. ¿Qué ganancia te queda?". "-¡Cómo que qué me queda! -exclama con energía Babalucas. ¿Y luego el caldo?"... En el bar un señor se molestó al ver que el sujeto sentado al lado suyo comenzaba a tomar del vaso en que él bebía. "-Perdone, caballero -dice el abusón-. Confundí su bebida con la mía". Al rato el tipo empieza a fumarse el cigarro que el señor acababa de encender. "-Disculpe -repite-. Creí que era mi cigarro". Cuando se levanta para irse toma el portafolios del señor. "-Perdone otra vez -se justifica cuando éste le reclama-. Pensé que era el mío". "-¡Carajo! -estalla el señor-. ¡Qué bueno que no sabes dónde vivo, caón!".... Empezaba a clarear la luz del día después de la agitada noche de bodas. El joven marido se aplicó al deliquio de la madrugada, el cual, según los entendidos es uno de los más deleitosos de cuantos puede haber. A la mitad del amoroso trance exclama extática su mujercita: "-¡Te amo, Enrique!". "-Oye -se interrumpe el muchacho-. Yo no me llamo Enrique". "-Ya lo sé -replica ella-. Pero pensé en el nombre porque éste es el octavo"... (No le entendí)... Solsticia Sinpitier, madura señorita soltera, le dice al guapo joven en la fiesta: "-¿Qué edad me calcula?". Responde el muchacho: "-A juzgar por el brillo de sus ojos, 26 años. Tomando en cuenta la tersura de su piel, 25. Viendo sus manos, 22