Torreón Calidad del aire Peregrinaciones Tránsito y Vialidad

DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

ARMANDO FUENTES AGUIRRE (CATÓN)

¿Qué le dijo el ciempiés macho al ciempiés hembra en la noche de bodas? Le dijo: “Abre las piernitas, mi amor... Abre las piernitas, mi amor... Abre las piernitas, mi amor... Abre las piernitas, mi amor...”... En la gasolinera el amigo de Babalucas le pregunta: “¿No te molesta ver cómo ha subido el precio de la gasolina?”. “A mí eso no me afecta -responde el badulaque-. Siempre pongo 50 pesos”... El pretendiente le dice a don Poseidón: “Vengo a pedirle la mano de su hija!”. “¡Ah, no! -responde con enojo el viejo-. ¡O se la lleva toda o no se lleva nada!”... Hombre de buenas ocurrencias fue don Adolfo Ruiz Cortines. No es de extrañar su ingenio: era jarocho. Las anécdotas que de él se cuentan podrían llenar un tomo de tomo y lomo. Cierto día acudió ante él don Jacinto B. Treviño, ameritado general revolucionario, coahuilense. Le dijo al Presidente que próximamente habría en Coahuila elección de gobernador. Él quería regresar a su estado, a pasar ahí los últimos años de su vida, y le pedía su intervención a fin de obtener la candidatura por el PRI, que en aquel tiempo era lo mismo que obtener el puesto. “No me pidas eso, Jacinto -le respondió con afectuoso tono don Adolfo-. Te quiero mucho; no voy a exponerte a los problemas y fatigas inherentes al cargo de gobernador. Soy tu amigo; sé lo que es esto; me dolería mucho que por mi culpa sufrieras penalidades y trabajos. A tu edad tienes derecho ya a una vida de tranquilidad y de reposo. Perdóname, pero no puedo acceder a tu deseo, por el afecto que te tengo”. Conmovido por la amistosa solicitud, fraternal casi, que el Presidente le mostraba, don Jacinto ya no insistió en su petición. Pocos días después se enteró de que el candidato al Gobierno de Coahuila sería el general Raúl Madero González, también ya de avanzada edad, como él. En la primera oportunidad que tuvo le reclamó al Presidente con tono dolorido: “Me dijiste que no me hacías gobernador porque me quieres, porque a mi edad tengo derecho ya al descanso; pero le das la candidatura a Raúl, que es más o menos de la misma edad que yo”. “Precisamente -le respondió, afectuoso, don Adolfo echándole un brazo al hombro-. No te impuse esa carga tan pesada porque te quiero mucho. A él no lo quiero nada; por eso lo hago gobernador”. Mucho han cambiado los tiempos desde entonces. Ahora el Presidente de la República no tiene ya el mismo influjo de antes en la designación de los candidatos oficiales. A veces, claro, revive por momentos el viejo sistema del “dedazo”, y el Presidente es quien decide, como fue el reciente caso del candidato del PAN al Gobierno de Nuevo León. Pero en lo general puede decirse que ahora los gobernadores influyen más que el Presidente en el nombramiento de los candidatos, junto al partido al que pertenecen. Eso es bueno. El federalismo, aquel sueño acariciado por otro coahuilense, Miguel Ramos Arizpe, empieza por fin, después de varios siglos, a hacerse realidad... Viene ahora el deplorable cuento cuya aparición en esta columnejilla se anunció ayer. Ese cuento se llama “El tolondrón”, palabra que significa lo mismo que chichón... La mamá de Pepito oyó que en su recámara el chiquillo lanzaba grititos de placer. Fue allá y le preguntó: “¿Qué es lo que te provoca tanto gozo?”. Responde el niño: “Lo que me sale de los huevitos”. La señora se escandalizó al oír aquello. Se quitó una chancla y le dio con ella un gran golpe en la cabeza al muchachillo. “¡Chamaco grosero! -le gritó-. ¡A ver si no te quedas ciego por andar haciendo esas cosas!”. Pepito, llorando, va con su papá y le dice muy enojado: “¡Mi mamá me pegó con su chancla, y me hizo este chichón! ¡Tú tienes la culpa, por comprarme esos huevitos de chocolate que llevan adentro un regalito!”... FIN.

Leer más de Torreón

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Torreón

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 424558

elsiglo.mx