Aquella señora, esposa de un político, charlaba con una vecina suya, llegada de un país oriental. Le dice: "Mi marido anda muy emocionado: el próximo mes tendrá una elección". Responde la vecina: "El mío tiene una elección todas las noches, y tan tlanquilo". (No le entendí)... La directora del colegio de señoritas llamó a la prefecta de disciplina y le dijo muy alarmada: "En este mes ya son siete nuestras alumnas que resultan embarazadas. ¿Cree usted que debemos abrir un expediente?". Responde la prefecta: "Más bien debemos hacer algo para que ya no se abran las piernas de las muchachas"... Aquella chica se casó con un publicista. Cuando regresó de la luna de miel se veía muy desilusionada. "¿Cómo te fue?" -le pregunta una amiga. "No muy bien -contesta ella-. Mi marido se especializa en publicidad subliminal. Dura una décima de segundo"... El seductor citadino no lograba que la garrida moza campesina le entregara sus encantos. "No te entiendo, Silvestra -le dice muy confuso-. Me dejas que te abrace, que te bese, que te acaricie toda; pero no permites nunca que llegue hasta el final. ¿Por qué?''. "Es por un refrán que tenemos aquí -responde la muchacha-. `De la cerca todo, pero de la huerta nada'''... En nuestro país, como en muchos del mundo, ha crecido el índice de embarazos entre adolescentes. En buena parte eso se debe a la falta de una adecuada educación sexual. Aunque parezca mentira, existen aún muchos tabúes en ese campo, y todavía hay quienes piensan que hablarles de sexo a los adolescentes es incitarlos a tener relaciones sexuales. Yo pienso que tanto en la escuela como en el hogar se debe dar orientación a los jóvenes de modo que ejerzan su sexualidad en forma responsable. Son muchos los peligros que en nuestro tiempo pueden derivar del sexo ejercido irresponsablemente. No sólo está el riesgo de un embarazo no deseado; también está el de las enfermedades venéreas, que pueden llegar hasta a causar la muerte. Por encima de todo prejuicio religioso o moralista se debe enseñar a los adolescentes el uso de todo aquello que les ayude a prevenir y evitar esos peligros. Sobre todo, hay que hacerles ver que el sexo, maravilloso don, ha de ser expresión de amor que no puede cumplirse plenamente sino con libertad, conciencia y responsabilidad... Un muchacho se fue a confesar. "Me acuso, padre, de que anoche le hice el amor a mi novia". "¿Por qué hiciste eso, hijo? -lo reprende el sacerdote-. ¿Fue acaso un momento de debilidad?". "No, padre -responde Simpliciano-. La debilidad vino después"... Himenia Camafría, madura señorita soltera, se sometió a una pequeña intervención quirúrgica en la rodilla. Le pregunta al médico: "Doctor: ¿podré hacer el amor después de esta operación?". "Desde luego que sí, responde divertido el médico. "¡Fantástico! -se alegra la señorita Himenia-. ¡Nunca he podido hacerlo!"... El encuestador le pregunta a la muchacha: "¿Es usted sexualmente activa?". Responde ella: "Si el hombre con el que estoy me activa, sí. En caso contrario nada más lo dejo hacer"... Se recibió un fax en la oficina. "De seguro -dijo una secretaria-, ese fax lo manda Babalucas". Le preguntan: "¿Cómo sabes?". Explica la muchacha: "Le puso a la hoja un timbre de correos"... Simpliciano, joven inocente, se casó con Pirulina, muchacha sabidora. La noche de las bodas la flamante novia se veía inquieta y desasosegada. "¿Qué te sucede, cielo mío? -le pregunta con voz tierna Simpliciano-. ¿Por qué estás tan nerviosa?". "No lo puedo evitar, perdóname -responde Pirulina-. Siempre me pongo así la primera vez que hago esto con un hombre"... FIN.
