El abuelo se preocupaba por su nieto, muchacho en edad de merecer. Decía: "Temo que el chico se tope con una muchacha de esas modernas, que le contagie un herpes o, peor todavía, un Sida. Me gustaría que se hallara una muchachita de las de antes, a la antigüita, que le pegara nada más una gonorrea"... Aquel raro individuo entró en el consultorio del doctor Ken Hossana. Llevaba una zanahoria en una de las fosas nasales y un pepino en la otra; de un oído le salía un espárrago, y del otro una vara de apio. El extravagante sujeto le díce con angustia al médico: "¡No sé qué problema tengo, doctor!". "Yo sí lo sé -responde sin dudar el célebre facultativo-. No está usted comiendo bien"... Pasaba ya la medianoche, y en la cantina del pequeño pueblo bebían dos amigos. De pronto se oyó sonar la sirena que anunciaba incendio y que llamaba a los bomberos voluntarios. Inmediatamente uno de los amigos se levantó con premura y se dispuso a salir a la carrera. Le dice el otro: "No sabía que eras bombero voluntario". "No lo soy -responde el primero-. Pero el marido de mi amiga sí"... Doña Juanita Flores viuda de Teissier fue sabia maestra mía de Historia Universal en la escuela secundaria. Nos hacía tomar notas de su clase que luego debíamos pasar a un cuaderno en limpio. Ella lo revisaba periódicamente para certificar su pulcritud y su orden. Yo no entendía aquello del cuaderno en limpio. Me parecía inútil nimiedad. Ahora sí lo entiendo: nuestra maestra quería inculcarnos hábitos que nos ayudaran a hacer de nuestra vida otro cuaderno en limpio, sin manchas, ordenado. El magisterio de la señora Teissier duró siempre, pues siempre seguimos siendo sus alumnos. Una vez recibí cierto cargo que podía envanecerme. La señora Teissier me dijo: "Recuerde, Armando, que esto pasará". Tiempo después llegaron para mí días de quebrantos y tristeza. Ella me dijo: "Recuerde, Armando, que esto también pasará". He recordado a mi maestra ahora que sobre México se abaten pesadumbre, temores e inquietud. Y digo entonces lo mismo que de sus labios escuché: "Esto también pasará". Que esas palabras de sabiduría nos sirvan de aliento mientras llegan los días en que podremos hacer lo mismo que hacíamos todos los días. No nos dejemos abatir por lo que pasa: pasará. México ha sido siempre mayor que sus desgracias, y de esto derivaremos enseñanzas que nos ayudarán a hacer de este país una morada más segura, más justa y más digna para sus moradores. El virus de la influenza, democrático virus, nos ha mostrado que ante el peligro todos somos iguales. Pues bien: la pobreza, la ignorancia, la injusticia son también virus peligrosos cuyas consecuencias a todos nos afectan. Ojalá que con esta experiencia aprendamos también a combatirlos todos juntos... ¿Qué le dijo la excitada pulpo hembra al pulpo macho? Le dijo: "Ponme la mano aquí, ponme la mano aquí, ponme la mano aquí, ponme la mano aquí, ponme la mano aquí, ponme la mano aquí, ponme la mano aquí; y ponme la otra mano acá"... Babalucas le pregunta a una agente de bienes raíces: "¿Podría decirme cuánto cuesta la hectárea de Polo Norte?". "No entiendo" -se desconcierta ella. Explica el tonto roque: "Es que quiero sembrar verduras congeladas"... Don Cornulio llegó furioso a la reunión de sus amigos. "¿Qué te sucede?" -se alarmaron todos. "Acabo de pasar un rato muy desagradable -bufa don Cornulio-. Llegué a mi casa y encontré a mi mujer en la cama haciendo el amor con un desconocido". "¡Qué barbaridad! -exclama uno de los amigos-. ¡Con razón estás furioso!". "Y eso no es nada -rebufa don Cornulio-. ¡El canalla salvó la situación a base de mentiras!"... FIN.
