El cantinero se quedó asombrado cuando a la hora de mayor tráfago de su cantina entró una mujer y se plantó en la barra y pidió un tequila. Eso no habría tenido nada de extraordinario si no es porque la mujer iba completamente en peletier, o sea desnuda. No llevaba encima más que unas gotas de Chanel número 5. El tabernero le sirvió la copa, y se quedó viendo fijamente a la recién llegada mientras ésta bebía su trago. "¿Qué? -le pregunta finalmente ella con enojo-. ¿Nunca ha visto a una mujer sin ropa?". "A muchas he visto, afortunadamente -respondió el cantinero-. Lo que me estoy preguntando es de dónde se va a sacar usted el dinero para pagarme la copa"... Tres cosas se necesitarán para rehabilitar la imagen turística de México en el mundo, después de los malos efectos que consigo trajo el brote de influenza. Esas tres cosas son: dinero, dinero y dinero. Las mismas tres, decía Napoleón, eran necesarias para ganar una batalla. Tenemos un valioso elemento a nuestro favor: la mala memoria de la gente. En efecto, la gente olvida pronto, y no pasará mucho tiempo sin que la memoria de ese mal sea tan lejana como la de Waterloo. Pero habrá que gastar mucho dinero en publicidad y cabildeos. Hay que recordarle al mundo que no hay playas más hermosas que las mexicanas; ni mejores servicios turísticos, y de precio mejor; ni atractivos tan variados y espléndidos como los que ofrece México. Entonces todo volverá a ser como antes, pues todos tenemos la firme voluntad de dejar atrás ese mal sueño... La enfermera de exuberantes encantos personales hace su aparición en la sala de espera en que aguardaba el joven en trance de ser padre. "-¡Triates! -exclama éste conmovido prodigando caricias entusiastas-. ¡Y que lisas tienen sus cabecitas, que calientitas y qué suaves!". "-Fue uno nomás -le dice secamente la enfermera- El de enmedio"... El marinero iba por las calles del puerto. En una esquina se topa con una chica de la vida alegre. Le dice la muchacha: "-Tengo 25 años, soy hermosa y acabo de regresar al oficio después de un mes de vacaciones. Te cobro mil pesos". Responde al punto el marinero: "-Yo tengo 20 años, soy guapo y acabo de regresar al puerto después de seis meses en el mar. Te cobro 500"... La monjita y sus alumnas fueron a pasar el día en una granja. Frente a ellas pasó corriendo a toda velocidad una gallinita, y atrás de ella el gallo que la perseguía. La gallinita se atravesó en la carretera y un raudo camión la atropelló. "-¿Lo ven? -dice la monjita a sus discípulas feliz de poderles dar una lección moral-. ¡Primero muerta!"...Viene ahora un cuento sumamente lépero. Las personas que no gusten de leer cuentos sumamente léperos harán bien en saltarse hasta donde dice FIN... Pebetina, muchacha de Buenos Aires, fue a hablar con un sacerdote. Le dice: "-Me voy a casar con un hombre contra la voluntad de mis padres". Responde el confesor: "-Es una decisión sumamente grave, hija mía. Medítela". Replica Pebetina: "-Ya me la medí, señor cura, y me quedó muy bien"... (No le entendí)... FIN.
