Cosas de mucha dificultad hay en el vasto terreno de la matemática. Abstracciones tremendas guarda la teología. Los filósofos presentan a veces confusos galimatías. Sin embargo los más enrevesados silogismos son simplezas infantiles junto a las espantosísimas complicaciones del sistema tributario mexicano, cuyos laberintos, encrucijadas, dédalos, embrollos y marañas es imposible descifrar, sobre todo tomando en cuenta que las marañas, embrollos, dédalos, encrucijadas y laberintos de hoy cambiarán el día de mañana. Urge en la cuestión fiscal una reforma que simplifique el modo en que el contribuyente puede estar al corriente en el cumplimiento de sus obligaciones, y urge también que la carga fiscal sea repartida más equitativamente, pues mientras una inmensa mayoría puede evadir ese cumplimiento por razón de la llamada economía informal -que cada día cobra mayor formalidad-, sobre un pequeño número de contribuyentes cautivos recae todo el peso de la tributación. Esperemos que una actitud de diálogo entre el Ejecutivo y los lesgisladores permita alcanzar esa reforma... Una vez cumplido mi cotidiano deber de orientar a la República, paso a narrar algunos otros chascarrillos... El salaz sujeto de voluptuosos impulsos libidinosos y concupiscentes apetitos asediaba a su novia con tenaces demandas de ilícito connubio. Ella se resistió tanto, que finalmente el individuo supo que no lograría nada si no se casaba con la chica, que además merecía la calidad de esposa por la firmeza con que había defendido su castidad. En la noche de bodas él le dice, enamorado: "-Todo este tiempo te estuve probando, Rosibel. Si hubieras hecho lo que yo te pedía no me habría casado contigo". "-Ya lo sé -contesta Rosibel-. Por eso no se casaron los otros"... Doña Jodoncia y su esposo, don Martiriano, fueron a una exhibición de modas. Salió una modelo de gran belleza cubierta sólo por una leve gasa que permitía ver todas sus reconditeces. "-¡Qué barbaridad! -exclama doña Jodoncia con escándalo-. ¡Si yo me viera así no saldría del cuarto!". Le dice tímidamente don Martiriano: "-Si tú te vieras así yo tampoco saldría del cuarto"... El gallo que don Eglogio tenía en el corral no daba tregua a las gallinas. Eran muchas, pero a todas las tenía pisadas tan competentemente, y con frecuencia tal, que las pobrecillas ya ni siquiera se enderezaban, esperando la próxima acometida de aquel infatigable follador. "-¡Qué bueno salió tu gallo! -le dice con admiración a don Eglogio su vecino-. ¡Mira cómo tiene a las gallinas!". "-Y eso no es nada -replica don Eglogio-. El condenado está aprendiendo a nadar para llegarles también a las gansas y patas del estanque"... "... El romántico joven le dice a la ingenua: "-¡Ay, Dulcilí! ¡Nomás te veo y palpito!". "-¿Ya vas a empezar con tus peladeces?" -se enoja ella... El doctor le dice a su paciente: "-Bebe usted mucho, fuma en exceso y abusa del trato con mujeres. Tendrá que cortarse el vino; tendrá que cortarse el cigarro; tendrá que cortarse...". "-¡No! ¡Eso no!" -clama espantado el individuo... "... Los exploradores llegan a donde vivía un tribu africana. Son recibidos por un cortejo de exuberantes negras de anatomía desbordante. "-¡Caray! -exclama con placentero asombro uno de los exploradores-. ¡Y pensar que a estas gentes las llaman subdesarrolladas!"... FIN