Aquel señor fue a una convención, y cayó en culpa. (El infierno está pavimentado de buenas convenciones). Conoció a una señora casada, también asistente a la reunión, y entró con ella en relación pecaminosa. A su regreso compartió con un amigo la historia sucedida. "A los dos nos remordía mucho la conciencia -le contó apenado-. Lamentábamos amargamente aquella falta. Llenos de contrición llorábamos juntos nuestro gran pecado. Y todas las noches era lo mismo: llorar y follar; llorar y follar; llorar y follar..."... El padre Arsilio les dijo a sus feligreses en la misa: "Tenemos ya en la iglesia un equipo de sonido. El micrófono se compró con fondos de la parroquia. El altoparlante fue donado por don Sufricio, aquí presente, en memoria de su señora esposa"... El vacacionista alquiló por teléfono una casa de verano a la orilla del mar. Le dijo el que se la alquiló: "Está a un tiro de piedra de la playa". Pregunta el inquilino: "¿Cómo la reconoceré?". Le indica el otro: "Es la que tiene rotos todos los vidrios de las ventanas"... Un tipo le reclamó a su amigo: "Me dijiste que tu coche es convertible, y no lo es". "Claro que lo es -replicó el otro-. En él varias señoritas se han convertido en señoras"... Mientras el PAN y el PRD parecen barcos desarbolados, y al garete, la gran nave del PRI avanza viento en popa, a toda vela, hacia la conquista del que parece ya seguro triunfo, el de la próxima elección presidencial. Un solo riesgo afronta: el de la división. Ésta puede venir de las ambiciones personales que, si no se subordinan al interés del partido, pueden llevarlo al mismo fracaso estrepitoso al que lo llevaron en el 2006 la soberbia, obcecación, egolatría y torpeza (se citan por orden de eufonía, no alfabético) de Madrazo. Con suficiente anticipación deben decidir los priistas cuál de los aspirantes a la Presidencia tiene mayores posibilidades de atraer el voto de los ciudadanos, unirse todos en torno a ese precandidato, y formar un solo frente para llegar unidos al proceso electoral. En caso de que se dividan no puedo garantizarles la victoria. Yo ya les dije lo que deben hacer. Si no lo hacen, en su salud lo hallarán... Doña Jodoncia, señora de humor áspero, se burló del señor que presentaba una gran ventripotencia, por no decir que tenía panza prominente. Le dijo: "Si esa barriga estuviera en una mujer, todos pensarían que estaba embarazada". "Estuvo -respondió imperturbable el caballero-. Y está"... Decía un texano: "Amo tanto a Susie Mae que sería capaz de besar la tierra en que su papá encontró petróleo"... La vecina le ordenó a Pepito: "Que tu perro no se acerque a mi bebé. Está lleno de pulgas". "¿Oíste, Fido? -le advierte Pepito a su caniche-. No te acerques al bebé de la señora. Está lleno de pulgas"... Un señor llegó a su casa y encontró a su mujer en la cama, sin ropa y respirando con agitación. Rápidamente fue a la ventana, y vio a un hombre abajo. Arrastró el pesado reloj de pedestal que estaba en el corredor, y se lo dejó caer desde el segundo piso. Ahora estamos en el Cielo. Tres hombres llegan a las puertas de la morada celestial. El portero, San Pedro, le pregunta al primero: "¿Por qué llegaste aquí?". Contesta el tipo: "Iba del trabajo a mi casa, y de pronto me cayó encima un enorme reloj de pedestal". "Y tú -le pregunta San Pedro al segundo hombre- ¿por qué llegaste?". Confiesa el individuo: "Yo fui el que le arrojé a este señor el enorme reloj de pedestal. Con el esfuerzo que hice al cargarlo me dio un infarto, y aquí estoy". Le pregunta San Pedro al tercero: "Y tú ¿por qué llegaste aquí?". Responde el sujeto: "Yo estaba adentro del reloj"... FIN.
