Un prepotente chofer que manejaba su enorme camión se irritó porque un pequeño señor que iba en su carrito lo rebasó. Por la ventana le hizo la seña de los cuernos. El señorcito respondió mostrándole al bravucón su corbata de moño. En el siguiente alto el camionero le preguntó, intrigado, al pequeño señor: "¿Por qué cuando le hice la seña de los cuernos usted me mostró su corbata de moño?". Respondió el señorcito: "Cada quién enseña lo que su esposa le pone"... Platicaban dos señoras. Dice una: "Por parte de padre mi hijo lleva en las venas sangre de nobles. Es de cepa". "También el mío es de cepa -responde la otra- De sepa la ..."... Empezó a caer un fuerte aguacero, y la esposa se sorprendió al ver que su marido salía al jardín y exponía a la lluvia la entrepierna. "¿Por qué haces eso, Languidio?" -le preguntó, asombrada. Explica él: "Es que dicen que con la lluvia todo cobra nueva vida"... En el bar de solteros un sujeto le dijo de buenas a primeras a la madura dama que bebía en la barra junto a él: "¿Entonces qué? ¿Sí o sí?". "Vamos -le dice ella tomando su bolso-. ¿Quién puede resistir tu don de la palabra; esa labia que tienes; esa capacidad de convencimiento; ese enorme poder de seducción?"... Los recién casados se registraron en el hotel donde pasarían su noche de bodas. "Son 500 pesos por cada uno" -les dijo el encargado. El novio se vuelve hacia su mujercita: "Dame mil pesos por favor, mi vida". "¿Cómo? -exclama ella, desolada-. ¿Nada más van a ser dos?"... La mamá de Pepito esperaba a la cigüeña. Le pregunta al tremebundo infante: "¿Qué te gustaría, hijito? ¿Un hermanito o una hermanita?". "La verdad -responde Pepito-, me gustaría una bicicleta. Pero a lo mejor el parto es más difícil"... Una secretaria se quejó con otra del mal carácter que su patrón tenía. "Haz lo que yo -le aconsejó la amiga-. Cuando mi jefe se enoja cruzo la pierna, me levanto la falda un poquitito y dejo que me vea la rodilla. Con eso el disgusto se le pasa". A los pocos días se encontraron las dos. "¿Cómo te ha ido con el consejo que te di? -le pregunta la amiga-. ¿Has aplicado lo de la rodillita para bajarle el enojo?". "-Sí -responde la otra-. Pero yo tengo que enseñarle más. Mi jefe salió más enojón que el tuyo"... El profesor le pregunta a Rosilita, equivalente femenino de Pepito: "Si veo que a un pobre asno le dan de garrotazos en la calle, y detengo la mano del que golpea al infeliz animal, ¿qué virtud estoy practicando?". Arriesga Rosilita: "¿El amor fraternal?"... Comenzó la noche nupcial. El novio, hombre fornido y musculoso, dejó caer la elegante bata de baño que lo cubría. Levantó los membrudos brazos, los flexionó para mostrar los bíceps, expandió el pecho como Charles Atlas, y luego le dijo, jactancioso, a su flamante mujercita: "¡Mira, Rosilí! ¡Noventa kilos de dinamita!". Ella corrió hacia la puerta al tiempo que exclamaba con alarma: "¡Cuidado! ¡La mecha está muy corta!". (No le entendí)... El agente viajero estaba en su ciudad. Fue a la cantina a tomarse unas copas. Se le hizo tarde y decidió llamar por teléfono a su mujer. Contestó el teléfono la nueva criadita de la casa. Le ordena el tipo: "Dígale a la señora que voy a llegar tarde". "¿Quién habla?" -pregunta la muchacha. "¿Cómo que quién habla? -se amosca el viajero-. ¡Habla el señor!". "Por eso, -replica sin inmutarse la criadita-. ¿Cuál de todos?"... FIN.
