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DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

ARMANDO CAMORRA

Dos amigas que tenían bastante tiempo de no verse se encontraron en la calle. Una -la que había bajado de su automóvil último modelo- vestía ropa de lujo, y lucía rutilantes joyas. "Se ve que te ha ido bien -le dice la otra con envidia-. ¿De qué vives?". Responde la primera: "De mis acciones". Propone la amiga: "Te invito a cenar". "No puedo -responde la del coche de lujo-. Precisamente hoy en la noche tengo acción"... El señor iba en el tren con su hijito. El niño iba jugando con una pelotita. "Deja esa pelota" -le pedía el papá una y otra vez. El niño no hacía caso. Entonces el señor tomó rápidamente la pelota, la escondió entre su espalda y el asiento y le dijo al niñito: "¿Ves? Por desobediente el aire se llevó la pelota por la ventana". El niño se echó a llorar lleno de aflicción. Eso conmovió al papá. "No llores, hijito -le dijo-. Si me prometes que te vas a portar bien haré que la pelota regrese". El niño prometió; el papá silbó con fuerza, e hizo como que la pelota caía de la ventana a los pies del niño. "¡Fantástico!" -se entusiasmó el pequeño. Antes de que su padre pudiera hacer algo el niño tomó el finísimo portafolios de su papá, lo arrojó por la ventana y le dijo al espantado señor: "¡Anda, papi! ¡Chiflale al portafolios, para que regrese!"... La mamá de Pepito exclamó consternada: "¿Cómo es posible? ¿Te reprobaron en la clase de música?". Explica el muchachillo: "Es que no llevé acordeón"... El presidencialismo fue la piedra angular del sistema político mexicano durante las siete décadas de la dominación priista. Con el advenimiento de la democracia el régimen presidencialista se agotó: hoy por hoy es evidente la disminución del poder del Presidente. Su capacidad de acción está muy acotada ante otros protagonistas importantes de la vida nacional: legisladores, partidos, gobernadores. De un extremo pasamos a otro. La omnímoda voluntad presidencial se convirtió en una Presidencia atada de pies y manos, con poca o ninguna capacidad para dirigir o coordinar los asuntos capitales del País. En esto, como en todo, son malos los excesos. El presidencialismo del pasado nos exponía a toda suerte de abusos de poder, a caprichos, frivolidades y demasías de toda clase. No había equilibrio entre los poderes, por el desmesurado poder que tenía el Ejecutivo. Ahora tampoco hay ese equilibrio, por el nulo poder que el Ejecutivo tiene. Hemos caído en un inmovilismo que impide atender las llamadas "asignaturas pendientes". El Poder Legislativo no legisla, o lo hace mal, sin sentido del bien comunitario. El Poder Ejecutivo no ejecuta nada, o muy poco. Y el Poder Judicial, igual que siempre, cumple en modo rutinario su función. Sólo en la lucha libre se mira algo de acción. Los políticos, ocupados en dirimir las pugnas de sus partidos y en alcanzar más cuotas de poder, se olvidan de lo que conviene al bien de la Nación. Yo no me olvido, y por lo tanto suspendo aquí mi comentario... Afrodisio Pitongo, galán proclive a la salacidad, invitó a salir a Susiflor. "¡Ah no! -respondió ella con determinación-. Conozco a los de tu tipo. Primero me invitarás una copa. Luego me llevarás a cenar. En tercer lugar me pedirás que vayamos a bailar. Después, como cuarto paso, me sugerirás ir a tu departamento. ¡Puedo leer en ti como en un libro abierto!". "-En ese caso -le recomienda Afrodisio- no te pierdas el quinto capítulo. ¡Es el más interesante!"... Un buzo iba por el fondo del mar, y vio un grupo de bellísimas sirenas que jugueteaban en una gruta submarina. Emocionado, se acercó a la cueva. Le dijo a una de las sirenas: "¿Puedo pasar?". "Lo siento -respondió ella-. No tenemos entradas"... FIN.

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