Afrodisio, hombre proclive a las concupiscencias de la carne, le dijo en la fiesta a una hermosa muchacha: "Me gustaría hacer el amor contigo, linda". "Oiga -le advirtió ella, enojada-, no se confunda". Respondió el majadero: "Lo hacemos sin funda"... Un hombre y su esposa fueron a dar cristiana sepultura a la madre de ella. Lo hicieron porque la señora había muerto. Iban de regreso en el automóvil cuando un ladrillo cayó de lo alto de un edificio en construcción, y golpeó el techo del coche por el lado en que iba el hombre, de modo que casi lo golpeó en la cabeza. "¡Alegrémonos, vieja! -le dice el señor a su mujer-. ¡Tu mamá ya está en el Cielo!"... Llegó al banco una estupenda morena de ubérrimos encantos anatómicos. Le dijo al empleado: "Quiero abrir una cuenta de cheques mancomundada". "Muy bien -respondió el encargado-. La cuenta mancomunada ¿con quién?". Responde la morenaza: "Con alguien que tenga mucho dinero"... Llena de inquietud maternal la señora le preguntó a su retoño en edad de merecer: "Dime, hijo: ¿estás saliendo con muchachas buenas?". "Sí, mamá -contestó el chico-. Para salir con muchachas malas no tengo dinero"... Don Cornilio llegó a su casa y sorprendió a su esposa yogando con un sujeto fornido y pelirrojo. Al ver aquello el engañado marido prorrumpió en voces iracundas. "¿Por qué te pones así, Cornilio? -le dice la señora-. Cuando nos casamos te dije que de vez en cuando me gustaba un escocés en la noche". "Sí -masculló don Cornilio-. Pero yo creí que hablabas de whiskey"... Un amigo de Pitoncio le pregunta: "¿Cómo te fue en tu primer día en el campo nudista?". "Me dio mucha vergüenza -responde él-. Al verme cualquiera podía adivinar que era mi primer día"... La novia de Capronio le pregunta: "¿Por qué me llamas 'sintética'?". Responde el incivil sujeto: "Porque no tienes busto". "Ah, vaya -replica la muchacha-. Entonces tú eres simbólico"... La muchacha le dice a su papá: "Voy a buscar el vestido de novia de mi mami. Quiero probármelo a ver si me queda". Inquiere el señor: "¿Estás embarazada?". "No" -responde con extrañeza la muchacha. Le informa su papá: "Entonces no te va a quedar"... Decía aquel señor: "Me siento tan nervioso como un gato de cola larga en una habitación llena de mecedoras"... "Doctor -le pidió un hombre joven al médico en la calle-. Necesito que me dé una consulta. Creo que tengo una enfermedad venérea". "Con gusto le haré un examen -contesta el doctor-. Pero primero tiene que hacer una cita con mi enfermera". "Ya la hice -responde el joven-. Por eso tengo la enfermedad venérea"... Le dijo la recién casada a su flamante maridito: "Caray, Feblilio, tu manera de hacer el amor me recuerda a un cereal para el desayuno". Pregunta, orgulloso, el muchacho: "¿Te hago pensar en 'El Desayuno de Campeones'?". "No -responde ella-. Me haces pensar en la avena Tres Minutos"... El cuento que sigue a continuación es au risque de, es decir, a riesgo de quien lo lea... Llegó Babalucas a una casa de mala nota, y llamó a la puerta. Se abrió un ventanillo y asomó la cara la dueña del establecimiento. "¿Qué quieres?" -le preguntó. "Una muchacha" -respondió él. "¿Cuánto dinero traes?" -quiso saber la madama. Declaró el tonto roque: "Cien pesos". "Con eso -le indicó la mujer- sólo te alcanza para un placer manual". "Gracias" -dijo Babalucas. Y se retiró. Poco después regresó nuevamente. "¿Qué quieres ahora?" -le pregunta la madama, amoscada. Le dice el badulaque: "Vengo a pagar"... (No le entendí)... Una señora le comentó a otra: "Mi marido es tocólogo". Contesta la otra: "El mío es meteorólogo". "¡Mira! -exclama la primera-. ¡Tuviste tú más suerte que yo!". (No le entendí)... FIN.
