2E El Siglo de Torreón | VIERNES 18 DE SEPTIEMBRE DE 2009 | LA LAGUNA Dijo Meñico Maldotado: “La mujer con quien yo me case deberá ser virgen”. Le preguntó alguien: “¿Lo eres tú?”. “No -replicó Maldotado-. Pero no puedo resistir las comparaciones”... Yazmín Alessandrini entrevistó a Rafael Acosta, Juanito, para Publimetro, un excelente periódico gratuito de gran circulación en la Ciudad de México. Dice la entrevistadora que Juanito “ha sido el único de los seguidores de AMLO que lo ha chamaqueado a la vista de todos”. El verbo “chamaquear” es un mexicanismo que equivale a engañar, burlar, valerse de la ingenuidad de alguien para obtener provecho de él. Yazmín le hace a Juanito preguntas muy filosas, que él responde con su acostumbrada llaneza y candidez. La entrevista no tiene desperdicio. Leamos: “Debes tener muchas pretendientas”. “Eso sí. Me andan correteando, pero no me dejo atrapar. Llevo 10 años de solterito, y que ahora me deje ¡no! Aparte, no estoy preparado para el matrimonio; tengo mucho trabajo”. “No vayas a caer con una lagartona ¿eh?”. “Exactamente. Pero no, ahorita me la llevo tranquilo. Sí hay urgencia, pero esa urgencia tiene que aguantarse tantito”. “¿Cuál sería la mujer ideal para tu Primera Dama?”. “Guapísima, inteligente y trabajadora”. “¿Eres buen amante?”. “Antes sí; ahora me considero término medio. Además hace muchos años que no me he probado. Tú sabes, ya no soy tan joven; tengo 50 años”. “Estás en la mejor etapa de tu vida. ¿No se te antoja?”. “Cómo no. ¡Es lo más bonito!”. “Entonces ¿cómo resuelves tu vida sexual?”. “Bañándome con agua fría”. “¿Y no te gustaría bañarte con tu pareja?”. “¡Claro! Bañarnos y secarnos; tallarnos; desvestirnos y vestirnos. Besarle sus orejitas bien rico. Y más abajo, recorrerle mi boquita por todo su cuerpo, y mi lengüita. Recorrerle todo, todo”. (Anota la entrevistadora: “Conforme nos iba platicando se iba mojando los labios”). “¡Ah! -le dice Yazmín-. ¡Lengüita y todo!”. “Sí -responde Juanito-. Es lo más rico, entregarte muy abierto con tu pareja, y poder degustar todo lo más hermoso”. “Y luego ¿por qué te limitas?”. “Tengo mucho trabajo”. “Entonces ¿te haces justicia por tu propia mano?”. “Una vez sí. Tuve un sueño muy romántico, y dije: ‘¡Bueno, pos ya qué’”. “¿Qué te seduce de una mujer?”. “Su ropa íntima. Me gusta que cuando usa vestido o falda se ponga liguero. Es lo más coqueto en una mujer.Me llaman la atención los bikinis, o los coordinados muy acá; de color rojo o negro, pero muy llamativos”. “¿Serás el delegado de Iztapalapa?”. “El 10 de octubre tomaré posesión”. Hasta aquí la espléndida entrevista que Yazmín Alessandrini le hizo a Juanito. A estas alturas ya muy pocos dudan de que Juanito ha decidido alzarse con el santo y las limosnas, y que se quedará con la delegación de Iztapalapa y presupuesto que la acompaña, de casi 4 mil millones. Ante esa realidad, frente a los hechos consumados, y en vista de la legalidad que asiste al tal Juanito, a López Obrador y a la señora Brugada no les queda más que apechugar. Actuar de otra manera es convocar a una violencia que puede incluso llegar a la tragedia. Resígnense, pues, y canten a dúo la canción aquella que a la letra dice: “Pero no hay que llorar; hay que saber perder; lo mismo pierde un hombre que una mujer”... Por una serie de extrañas circunstancias una neurona femenina se vio de pronto en el cerebro de un hombre. Lo encontró vacío. Inquieta y temerosa gritó: “¿Hay por aquí alguna neurona masculina?”. Desde lo profundo le respondió una voz: “¡Acá abajo estamos todas!”... FIN.
