Una señora le dice a otra: "Mi esposo es el vivo retrato de la economía actual". "No entiendo -se desconcierta la otra-. ¿Por qué dices eso?". Responde ella: "La línea de su cabello está en recesión; su abdomen está en inflación, y lo de más abajo se encuentra en deflación"... Bucolia, zagala campesina, le comentó a su amiga Eglogia: "Ese muchacho de la ciudad que vino al pueblo me invitó a ir con él a un picnic". "¿Qu'es eso, tú?" -le pregunta, intrigada, Eglogia. "Pos no sé -dice Bucolia-. Pero por si las dudas voy a llevar calzones nuevos"... La música, maravilloso ruido que no podría existir sin el silencio, es el mejor medio de unir a los humanos, si se exceptúa al amor. El concierto que Juanes dio en La Habana es una de las más bellas obras que el amor y la música han hecho en nuestro indiferente, desamorado mundo de hoy. Un millón 150 mil cubanos se congregaron en nombre de la paz para oír un recital que no fue maculado por ninguna consigna política, por ningún discurso de político. La fraternidad fue el tema principal de las canciones dichas por los artistas que estuvieron con Juanes en esa histórica ocasión. (Entre tanta juventud latió la inmortalidad de Danny Rivera, clásico ya de la canción latinoamericana, el mejor intérprete que ha tenido "Madrigal", el hermosísimo bolero de don Felo). Diversas lecturas, como se dice hoy, darán los entendidos al suceso. Sin ser un entendido yo pienso que los cubanos fueron al concierto movidos por el ansia de acercarse al mundo, de romper la barrera de aislamiento que el régimen de Castro les impuso. "El hombre es del hombre hermano. / Si hay quien extienda la mano / yo sé que habrá quien la estreche". Los versos hablan de la permanente vocación por la unidad entre los hombres. El pueblo cubano, que es amoroso pueblo, no quiere ya estar en soledad. Es víctima al mismo tiempo de una obsoleta dictadura y de la prepotencia de Estados Unidos, que por castigar a un caduco enemigo político sigue lastimando en muchas formas a un pueblo inocente. Más que cualquier proclama de política, más que cualquier gestión de diplomáticos, la convocatoria de tanto contenido humano hecha por Juanes y sus amigos servirá para que Cuba vuelva los ojos al mundo, y para que el mundo mire a Cuba como lo que ha sido siempre: un precioso lugar habitado por gente cuya alegría, nobleza y dignidad van más allá de cualquier ideología... Un hombre joven acudió al consultorio del terapeuta sexual y le dijo con angustia: "Doctor: gozo de plena salud, y soy sexualmente activo. Puedo hacer el amor sin problemas con cualquier mujer. Pero cuando estoy en la intimidad con una amiguita que tengo, llamada Dulcimér, no puedo funcionar, y eso la deja muy molesta. ¿Por qué me pasa eso?". "Su problema es muy frecuente -le indica el terapeuta-. Es un típico caso de ansiedad sexual. La próxima vez que vaya a estar con su amiguita póngase frente al espejo y repita varias veces en voz alta estas palabras: 'Hoy por la noche estaré con Dulcimér. Le haré el amor como un tigre; la dejaré complacida, satisfecha'. Esa fórmula le dará seguridad, y lo pondrá en disposición de cumplir airosamente el compromiso". Días después el terapeuta encontró al joven, y le preguntó si la receta había funcionado. "Fantásticamente bien, doctor -responde él-. Dije en voz alta varias veces, ante el espejo, lo que me aconsejó usted, y dejé a Dulcimér complacida y satisfecha. Ahora la que está muy molesta conmigo es mi mujer"... FIN.
