Aquel señor llegó a su casa en horas de la madrugada. Entró de puntillas en la alcoba para no despertar a su mujer. Cuál no sería su sorpresa -hermosa frase- cuando vio que su esposa se hallaba más que despierta, refocilándose en compañía de un fornido mocetón con el cual estaba follando en la tradicional y conservadora posición llamada "del misionero". Al ver a su marido la señora hizo a un lado al toroso mancebo y le preguntó a su sorprendido cónyuge: "¿Por qué llegas a estas horas?". El esposo, justamente indignado, le preguntó a su vez: "¿Qué hace ese hombre en mi cama?". Replica ella con firmeza: "No me cambies la conversación. ¿Por qué llegas a estas horas?... Jorge Pedraza Salinas, talentoso cronista de Los Herreras, Nuevo León, narra con donosura las anécdotas de doña Melchora, uno de los innumerables personajes que con su ingenio han dado fama a esa bella población, también patria chica de Lalo González "El Piporro" y de Ernesto "El Chaparro" Tijerina. Era compadre de doña Melchora un famoso general y político. En una ocasión le dijo por broma aquel señor: "Comadre: su marido y yo hemos hecho un trato. Mi esposa se irá con mi compadre, y usted se vendrá a vivir conmigo. ¿Qué le parece el trato?". "Pa' usté muy bien -contestó doña Melchora-. Pero yo ¿qué gano cambiando cabrón por cabrón?". Quitando el adjetivo, hemos visto, en efecto, que los cambios de personas o partidos no han traído consigo una transformación de México. Pan con lo mismo, como suele decirse, han sido las dos presidencias encabezadas por panistas, que no han conseguido implantar las reformas de fondo que necesita este país. Quizá debamos esperar al próximo sexenio para empezar a ver esa renovación. Si el PRI llega al poder deberá cambiar para poder hacer esos cambios... Ingenioso juego de palabras, columnista, aunque no tanto como aquel que dice: "Al obispo de Constantinopla lo quieren desconstantinopolizar...", etcétera. Cumplido tu deber de orientar a la República procede ahora a relatar algunos cuentecillos que te quiten esa actitud solemne de magíster con la cual pretendes inútilmente disfrazar tu falta de sindéresis... Un individuo acudió con el urólogo y le dijo: "Quiero que vea usted mi parte de varón". El médico miró la susodicha parte y le indicó al sujeto: "No veo nada malo en ella". Responde el tipo: "Ya sé que no tiene nada malo. Pero dígame, doctor: ¿a poco no está bien bonita?"... En el aeropuerto de la Ciudad de México le dice el pasajero al empleado del mostrador: "Voy a Monterrey, pero quiero que esta maleta me la envíen a Tijuana, y esta otra a Mérida". "Lo siento, señor -responde el encargado-. No podemos hacer eso". "¿Por qué no? -se enoja el pasajero-. Eso fue lo que hicieron la última vez que viajé con ustedes"... El rabino Lamden estaba en la sinagoga, diciendo sus oraciones, cuando escuchó afuera grandes voces. Salió a ver qué sucedía, y vio a Samuel y a Jacob ensarzados en una tremenda discusión. "Messuggeh! -vociferaba con calor Samuel-. ¡Te digo que el blanco y el negro son colores!". "Shikker! -respondía Jacon con ardimiento igual-. ¡No lo son!". "¿Qué sucede? -les pregunta el rabino-. ¿Por qué pelean así?". Dice Samuel: "¿Verdad, rabino, que el blanco y el negro son colores?". Contesta el docto Lamden: "No podría citar ahora la parte correspondiente de la Ley, pero, en efecto, el blanco y el negro son colores". Con actitud triunfal se vuelve Samuel hacia Jacob y le dice: "¿Lo ves? ¡El televisor que te vendí es de colores!"... Decía una señora: "Tener sexo con mi marido es como ver una telenovela: cuando va a llegar lo bueno se acaba el episodio"... FIN.
