El tal "Juanito" dijo: "Soy hombre de una sola palabra: rájome". Y luego de ser héroe popular pasó a la triste categoría de pobre diablo. La gente se preguntará qué le dirían, o qué le darían aparte de las migajas que recibirá a cambio de su claudicación. Estrella fugacísima en la pedestre vida política de México, "Juanito" había conquistado simpatías por ser el único rebelde ante el autoritarismo de López Obrador y sus manipuleos. Pero cayó de la nube en que andaba, y dio el pobre espectáculo de quien disfruta sus 15 minutos de popularidad, tras de lo cual se encamina, resignado, al olvido y al desdén. "Le faltó lo que al pastel", se dice en la frontera norte de quien después de echar bravatas retrocede. "Se patraseó", dicen en el sur. Luego de este esperpéntico episodio nos queda una inquietud: ¿será Marcelo Ebrard otro Juanito?... El elefante vio a un hombre desnudo, y le dijo: "No está mal, pero ¿puedes recoger cacahuates con ella?"... La señorita Peripalda, catequista, les preguntó a los niños: "¿Dónde está Dios?". La respuesta obligada era: "En el cielo, en la tierra y en todo lugar". Pero Pepito dijo: "Está en el baño". Se desconcertó la señorita Peripalda, e inquirió: "¿Por qué dices eso?". Explica el muchachillo: "Porque todas las mañanas mi papá da grandes golpes en la puerta del baño, y grita muy enojado: "¡Dios mío! ¿Todavía estás ahí?"... La muchacha aceptó la propuesta de matrimonio que su novio le hizo. Le pregunta el galán nerviosamente: "¿Crees, mi amor, que podrás vivir con lo que gano?". "Yo sí -responde ella-. Pero ahora ve buscando con qué vas a vivir tú". (Nota: Eso de "Donde come uno comen dos" es cierto únicamente en el caso del perro y la pulga)... La joven señora se quejó con su nutriólogo: "Por causa de la tremenda dieta que me impuso usted estoy a punto de volverme loca. Ayer hice el amor con mi marido. Tan nerviosa me hallaba que le mordí una oreja, y lo hice sangrar". "No se preocupe -la tranquiliza el especialista-. Cuando mucho serán 30 calorías"... Le dice un tipo a otro: "Esta noche hará un frío terrible. Voy a apagar el calentador de mi recámara". "¿Por qué?" -pregunta el otro con asombro. Responde el individuo: "A ver si así se le quita a mi mujer ese dolor de cabeza que le da todas las noches"... Cierta empresa publicó un anuncio en el periódico. Solicitaba un "experto en resolver problemas", y ofrecía un sueldo de 150 mil pesos al mes. Recibió, claro, un alud de solicitudes. El director de la empresa escogió a uno de los aspirantes. Feliz, le dice el experto en resolver problemas: "Me hago una pregunta, señor: en estos tiempos ¿cómo podrá una empresa pagarme un sueldo así?". Contesta el director: "Ése es el primer problema que deberá usted resolver"... Don Ultimio regresó muy peocupado de su visita al médico. Le cuenta a su mujer: "El doctor me dio unas píldoras, y me dijo que tendré que tomar una cada día por el resto de mi vida". "Pues tómatelas -replica la señora-. ¿Por qué te preocupa eso?". Declara el señor, sombrío: "Nada más me dio siete píldoras"... Una señora fue ante el juez y le pidió que la divorciara de su esposo. "¿Por qué?" -pregunta el juzgador. Responde la mujer: "Todas las noches me ata de pies y manos a la cama, y me hace cantar la canción 'Lullaby of Broadway', de la película "Gold Diggers of 1935", con Dick Powell, Glenda Farrel y Adolphe Menjou; dirección y coreografías de Busby Berkeley. Mientras estoy cantando él aprovecha mi estado de indefensión y me hace objeto de toda suerte de perversiones sexuales". "¡Qué barbaridad! -se indigna el juez-. ¡No voy a permitir una conducta así! ¡La crueldad de su marido es intolerable!". "Es cierto -replica la mujer-. Él sabe bien que detesto esa canción"... FIN.