El médico le dice a Facilda Lasestas, muchacha de vida fácil: "¡No se preocupe, Facildita! ¡En menos que canta un gallo estará usted otra vez en la cama!"... ¿Cuál es la diferencia entre una esposa y una modelo de Playboy? Ninguna, si el marido sabe lo que le conviene... El reverendo Rocko Fages es pastor de la Iglesia de la Tercera Venida. (No confundir con la Iglesia de la Tercera Avenida, que permite escoger cinco de los 10 mandamientos para obedecerlos). Cierto día el pastor iba por la calle, y al pasar por una cantina vio que en ella estaba Mrs. Hotlips, dama perteneciente a su congregación. La mujer se hallaba en completo estado de ebriedad. Entró y le dijo: "No debe usted estar aquí, hermana. Permítame llevarla a su casa". "Eshtá bien" -tartajeó ella. El reverendo la tomó por los hombros para levantarla, pero al hacerlo perdió el equilibrio, y los dos cayeron al suelo en tal manera que él quedó arriba de ella, en postura que parecía la connubial. "¡Oiga, amigo! -le gritó el cantinero con enojo-. ¡Eso no se puede hacer aquí!". "Usted no entiende, hermano -le dice Rocko Fages-. Soy pastor". "Entonces -replica el rudo individuo-, vaya a hacer eso con sus chivas"... El chiste que viene al final de esta columnejilla se llama "Modestia y humildad". Es engañoso el título, y pido a mis cuatro lectores que no se dejen sorprender por él. Parece nombre de un cuento del Padre Coloma, de Fernán Caballero o de Hugo Wast, pero es en verdad una de las más grandes picardías que aquí han aparecido. Lo leyó doña Tebaida Tridua, y sufrió un accidente de exotropia, insólita forma de estrabismo consistente en que los ojos se rotan hacia afuera, en vez de hacia adentro, como sucede en la forma común de la bizquera. Se ve muy rara la señora. Puesta de cara al Norte no mira hacia ese rumbo cardinal: con el ojo derecho ve hacia el Golfo de México, por el rumbo de South Padre Island, y con el izquierdo hacia el Pacífico, más o menos en dirección a Guaymas. Nadie lea el relato supradicho: "Modestia y humildad", si no quiere sufrir un episodio semejante... ¿En qué parte del cuerpo los golpes duelen más? Tratándose del varón diría cualquiera que el golpe más doloroso es el que se recibe en los testículos, compañones, dídimos o testes. Algunos expertos, sin embargo, afirman que el golpe que más duele es el que nos dan en el bolsillo. Por eso tanto los diputados de la Oposición como los partidos opositores rugieron como leones acosados, y mostraron garras y colmillos, cuando se habló de imponer una disminución a sus percepciones y prerrogativas. En la defensa de la pitanza, ni un paso atrás. La clase política debe tener conciencia de la creciente irritación que hay en los ciudadanos por causa del alto costo de la representación nacional, que además ni siquiera es representación auténtica de los ciudadanos, y del gravoso peso que los partidos, algunos de ellos más falsos que busto de vedette, representan para la ciudadanía. De los propios políticos debe salir una reforma que suprima los excesos que ahora vemos, por los cuales la mayoría de los mexicanos tiene una mala idea de los políticos, y desconfía de ellos... Viene ahora el vitando chascarrillo que anuncié al principio: "Modestia y humildad". ¡Léanlo con cuidado mis cuatro lectores!... Una señora le dice a otra: "Ayer fuimos al circo, y vimos un espectáculo asombroso: una trapecista se cuelga del trapecio, y sostiene con los dientes a su esposo". "¡Uh! -se burla la otra-. ¡Yo al mío lo sostengo con las éstas, y ni presumo!"... FIN.