Éste era un señor que sufría de ampollas en los pies. Consultó a varios doctores sin encontrar alivio. Ya desesperado decidió ir con una bruja llamada Somormuja, a quien la gente atribuía poderes curativos. La vieja lo recibió, se enteró de la naturaleza de su mal y le dijo: "Hoy a las 3 de la mañana llama a la puerta en cualquier casa. Cuando alguien te pregunte: ¿'Quién es?', tú responde: '¡Ampollitas en los pies!'. Las ampollas se te quitarán a ti, y le saldrán al que habló". Esa misma noche salió a la calle el tipo, y al dar exactamente las 3 de la mañana, llamó a una puerta. "¿Quién es?" -preguntó dentro una voz de hombre. "¡Ampollitas en los pies!" -gritó el doliente. ¡Milagro! En ese mismo momento se le quitaron las ampollas. El sujeto se retiró, feliz. Días después, cuando dormía tranquilamente al lado de su esposa, el tipo fue despertado de pronto por unos fuertes golpes en la puerta. Se despertó sobresaltado y vio el reloj: eran las 3 de la mañana en punto. Se asustó. ¡De seguro el que llamaba era un paciente de la bruja Somormuja! Lleno de espanto se dio cuenta de que su mujer salía de la alcoba para ir hacia la puerta. Le gritó lleno de angustia: "¡No salgas!". Y se oyó afuera una voz: "¡Ampollitas en las...!"... Las comparaciones son siempre odiosas. Eso es cierto. Y más odiosa aún es la comparación que ahora voy a hacer. De los perros de rancho suele decirse que ladran sin saber por qué. Empieza uno a ladrar y los demás se unen automáticamente a sus ladridos. Igual sucede con muchas de las adhesiones políticas que vemos. Se dan en modo automático, porque sí. Raras veces se fundan en razón; obedecen a un puro sentimiento cuya raíz ha de ser el anarquismo, la mera oposición al llamado "orden establecido", que aquí debería llamarse "orden aún no establecido". Hay quienes suponen, también automáticamente, que los manifestantes siempre tienen la razón, aunque casi siempre estén instalados en la sinrazón. La verdad es que nos falta madurez política, a la cual llegaremos sólo por medio de la educación. Sin embargo, a como está la educación, yo calculo que llegaremos a esa madurez el año 3285 de nuestra era. (Nota de la redacción: según expertos a quienes consultamos, el cálculo de nuestro amable colaborador es extremadamente optimista)... A causa de que veía en la tele todos los partidos de soccer que se trasmitían, aquel marido descuidaba a su esposa; la trataba con indiferencia y abandono. Una noche, cuando el tipo estaba más concentrado siguiendo en la pantalla chica las incidencias de un juego, se le presentó su mujer, lista para salir. Lucía minifalda; blusa escotada casi hasta el ombligo; medias de malla; zapatos de tacón aguja con cordones hasta media pierna; bolsa de chaquira, y mascaba chicle (de canela, por cierto). "Maradonio -le anunció-. Tú siempre me tienes en la banca. He decidido entonces declararme agente libre''... Le dice un señor a otro: "Mi hijo está en la universidad''. "¿Ah, sí? -pregunta el otro-. ¿Qué va a ser cuando termine sus estudios?''. Responde el señor, mohíno: "Viejo''... Babalucas caminó 14 cuadras para ir por una bolsa de hielo. "¿Por qué no fuiste a la esquina? -se extrañó su esposa-. Ahí venden hielo''. "Sí -respondió Babalucas-, pero donde yo lo compro está más frío''... Don Poseidón, granjero, y doña Holofernes, su esposa, emprendieron un viaje de vacaciones, y contrataron a un hombre para que hiciera las faenas de la granja, y también para que su hija no se quedara sola, pues era muy ingenua. A los dos meses de andar en el viaje don Poseidón llamó por teléfono a la muchacha, y le preguntó cómo se estaba desempeñado el ayudante. "¡Muy bien! -respondió con entusiasmo la inocente joven-. Ya les curó a los pollos sus enfermedades. A la vaca le alivió los achaques que tenía. Y a mí me aplicó un tratamiento muy agradable que me quitó esas molestias que sentía cada mes".. FIN.