Los amigos de don Cornulio le dijeron que su mujer lo estaba engañando con un español, hombre culto especializado en literatura del Siglo de Oro y con fama de poseer una gran técnica amatoria. Para certificar el hecho don Cornulio fijó un lápiz en la parte de abajo de su cama, con la punta hacia abajo, y puso luego un cuaderno en el suelo. Si el tal cuaderno aparecía rayado eso querría decir que había habido meneos en el lecho. Esa noche llegó don Cornulio del trabajo, y lo primero que hizo fue ir a ver el cuaderno. Ahí leyó: "En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme....". (¡Y en letra cursiva, para colmo! ¡Así de perfecta era la técnica del catedrático peninsular!)... Linda palabra es la palabra "trique", y misteriosa. Casi no existe en singular: decimos siempre "triques". Designa ese vocablo en México a los trebejos, a los trastos que ya han dejado de servir. En las casas antiguas había siempre un cuarto, el de los triques, donde se echaban cosas que ahí quedaban olvidadas y luego eran vendidas a vil precio. ("Compro triques. Vendo antigüedades"). Yo quise averiguar de dónde viene ese vocablo, "triques", en la acepción que en México le damos, y no hallé datos que me sacaran de mi perplejidad. Pero me gustan las palabras. Las amo; cada una es un prodigio. Algunas se me deslíen en la boca: "pirulí". Otras son, por su son, piedras preciosas: "lapislázuli". Por ese amor a las palabras me atrevo a sugerir una posible explicación de aquel vocablo: "trique". En inglés la palabra "trinket" sirve para nombrar cosas triviales, sin valor. ¿No provendrá de ahí nuestra voz "triques", que entonces vendría a ser un anglicismo? Cosas más raras se ven en la etimología: los mexicanos decimos "gis", vocablo de origen español, vía el latín; y en España se dice "tiza", palabra mexicana con raíz del náhuatl. Toda esta farragosa tirada filológica me sirve de pretexto para manifestar que los perredistas parecen empeñados en arrumbar a su partido en el cuarto de los triques. Eso de la "refundación" del PRD va en camino de ser más bien refundición, pues "refundir" es hundir una cosa en lo más hondo. Algunos quieren cambiarle de nombre al partido fundado por Cuauhtémoc Cárdenas; otros pretenden formar una nueva organización. Nadie se pone de acuerdo con nadie. Tal se diría que cada perredista es un partido político. Así las cosas, desunido y quebrantado, el PRD está en peligro de no ser una opción viable cuando llegue la elección presidencial de 2012. Mil veces lo he dicho; lo digo una vez más: este país necesita un Gobierno de izquierda que mire por los mexicanos pobres. Pero con una izquierda así, dogmática, cerrada a todo entendimiento, dividida en tribus, eso de llegar a tener un Gobierno de izquierda Estaca Brown... Mañana domingo, a las 12 horas, en el salón 4 de la FIL, en Guadalajara, presentaré el más reciente de mis libros: "Mi perro Terry", con relatos sobre ese estrecho lazo que une a quien tiene un perro con su criatura. Los espero, amigas y amigos tapatíos, para encontrarnos otra vez en el amor a los libros, y ahora en el amor a los perros. ¡Ahí nos vemos!... Viene en seguida el cuento que ayer anuncié aquí. Se llama "Dietética", y es de subidísimo color. Léanlo mis cuatro lectores a su riesgo... Una muchacha recién casada, y con algunos kilitos de más, fue con el nutriólogo que la había puesto a régimen y le dijo que se proponía agradar a su marido incluyendo en la relación íntima con él el sexo oral. Una duda tenía la cándida muchacha: ¿no la haría eso quebrantar su dieta? "Despreocúpese -la tranquilizó el facultativo-. Nada tiene que ver una cosa con la otra. Pero además, si hace usted eso con su marido, a él no le va a importar que esté usted algo gordita"... FIN.
