El teléfono de la casa del joven médico recién casado sonó a las once de la noche. Llamaba una señora. "¡Doctor, venga rápido! -le pide con angustia-. ¡Mi nena tiene una piernita doblada!''. "En este momento no puedo ir, señora -responde el joven facultativo-. La mía tiene dobladas las dos''... Aquella muchacha tuvo un novio al que quiso mucho, tanto que se hizo tatuar en una bubis su retrato. Perdió con él, y entró en relaciones con otro hombre cuyo retrato se hizo tatuar en la otra bubis. También con ese hombre se enojó. Finalmente conoció a otro que se casó con ella. La noche de bodas la muchacha le dice a su flamante maridito: "Debo confesarte algo''. Se descubrió el busto, le mostró el doble retrato de sus antiguos novios y le contó la historia de aquellos insólitos tatuajes. Tras reponerse del disgusto dijo el novio: "Ahora me molesta eso, pero dentro de algunos años me consolaré viéndoles a esos tipos las caras largas y caídas''... El señor que vivía solo iba a contratar una nueva criadita. Le indica: "Quiero que te encargues de la casa; que me laves la ropa y toda la cosa''. Contesta la criadita: "Con lo de la casa y la ropa, no hay problema. Pero eso de lavarle toda la cosa no se va a poder''... Un individuo extremadamente alto fue al baño del restorán a fin de desahogar una necesidad menor. El hombre padecía un tic que lo obligaba a hacer visajes y gestos variados, y a girar la cabeza a todas partes. Estaba haciendo lo que había ido a hacer cuando vio a su lado a un chaparrito ocupado en el mismo menester, y que, como él, también hacía visajes, guiños de ojos y giros de cabeza "¡Oiga! -se indigna el grandulón-. ¡No me arrremede!''. "¡Pos no me salpique!'' -responde el chaparrín... ¡Increíble! ¡El reverendo Rocko Fages negó su visto bueno a la publicación de "La más pícara décima de cuantas por el mundo corren"! El reverendo Fages, ya se sabe, es pastor de la Iglesia de la Tercera Venida. (No confundir con la Iglesia de la Tercera Avenida, que, si la limosna es suficiente, desata en la Tierra lo que Dios ató en el Cielo). Su autorización es necesaria para poder publicar esos versillos lengüilargos, de modo que deberé esperar algunos días antes de poder darlos a las prensas. Suplico a mis cuatro lectores paciencia y comprensión... Hay juguetes que no hablan de la vida, sino de la muerte. En grave error incurre quien pone en manos de un niño esos juguetes que imitan a las armas con que los hombres se matan unos a otros. Regalemos a nuestros hijos y nietos juguetes que aviven su fantasía y despierten su imaginación. No pongamos en ellos semillas de violencia. Cuidemos de mostrarles en sus juegos los valores en que se finca una sana convivencia. Juguetes educativos hay, y otros que aun sin tener ese carácter siembran en los pequeños las ideas del bien. A mis nietos me propongo regalarles esta Navidad juguetes de ésos que necesitan un niño para funcionar... El maduro señor le dice a un amigo: "En presencia de una mujer bonita me preguntaba antes: `¿Debo o no debo?'. Ahora me pregunto: `¿Puedo o no puedo?'''... Un sujeto perdió el brazo derecho en un accidente. Le dijo un médico: "Le puedo trasplantar otro brazo. Desgraciadamente tenemos ahora puros izquierdos. Brazos derechos nada más hay uno, pero es de mujer''. "Póngame ése, doctor'' -suplica el hombre. Pasó el tiempo, y el doctor encontró en la calle a su paciente. "¿Cómo le ha ido con el brazo?'' -le preguntó. "Muy bien, doctor -responde el tipo-. Funciona a la perfección. El único problema es cuando voy a hacer pipí. Entonces debo usar la mano izquierda''. "¿Por qué?'' -se extrañó el facultativo. Explica el individuo: "Si uso la mano derecha luego no me quiere soltar''... FIN.