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Debate sobre el debate

Plaza pública

MIGUEL ÁNGEL GRANADOS CHAPA

La decisión de dónde ubicar la refinería cuya construcción fue anunciada hace ya muchos meses contendrá elementos técnico-económicos, que han sido evaluados suficientemente, y también políticos y aun simbólicos. Todos ellos quedarán expuestos en el certamen en que pasado mañana miércoles, y el viernes próximo, participarán los diez gobernadores en cuyas entidades podría quedar localizada la nueva instalación de Pemex.

Aunque de inmediato Ulises Ruiz se manifestó contrario a la idea y desechó participar en la anunciada presentación de argumentos, Pemex dijo el jueves y el viernes pasado que diez gobernadores, incluido el de Oaxaca, acudirán a los actos de donde, presuntamente, surgirá la decisión que a más tardar el 15 de abril determinará el domicilio de la primera refinería que construya la empresa pública en los treinta años recientes.Además del oaxqueño, estarán presentes los ejecutivos de Campeche, Guanajuato, Hidalgo, Michoacán, Puebla, Tabasco, Tlaxcala, Tamaulipas y Veracruz. Según parece, los gobernadores priistas de esas entidades, que lo son todos salvo los de Guanajuato, Michoacán y Tlaxcala), serán los únicos miembros de ese partido en participar en el foro para discutir la sede.

Los líderes de las bancadas del PRI en las dos cámaras federales se han opuesto a la convocatoria y no acudirán a ella. Y la comisión de energía de la Cámara de Diputados formalmente consideró inaceptable el certamen porque implica demorar una decisión que ante la crisis presente debíó adoptarse con celeridad.

Difícilmente se encontrarán en la exposición de argumentos que hagan los gobernadores factores tan poderosos que superen a los del costo de construcción y operación de la refinería.

Conforme a esos patrones, los lugares en que con mayor eficacia podría erigirse la nueva planta son Tula y Tuxpan. Dicho de otro modo, sería muy difícil justificar que la refinería sea construida en un lugar con costos notablemente mayores a los que causará instalarla en esas localidades de Hidalgo y Veracruz.

A pesar de que el costo de las conexiones de entrada y salida a la refinería son notablemente más bajos en Tuxpan que en Tula, la semana pasada se esparció la especie de que la sede de la cultura tolteca sería la elegida para serlo de la moderna fábrica de gasolina y otros petrolíferos.

Probablemente el rumor, que aludía a un hecho consumado, a una decisión tomada a favor del enclave hidalguense (donde ya funciona, desde 1976 la refinería Miguel Hidalgo), fue difundido por el sindicato petrolero, ya que está en el interés de su líder, Carlos Romero Deschamps, acrecentar el poder de la sección sindical a que pertenece, la 35, o tomar el control de otra que se organizara con el personal de la nueva refinería y que, por la vecindad con la 35, actuara bajo la influencia de ésta.

Después de trabajar en instalaciones de Pemex en varios estados, Romero Deschamps contó con plaza sindical en la refinería de Azcapotazalco, que paulatinamente fue sustituida por la de Tula. Romero Deschamps tomó el control de la sección respectiva desde el comienzo de los años setenta, aun antes de ser secretario general seccional. Tanto como en Azcapotzalco ha sido un líder presente en Tula (aunque en rigor de precisión de ha decirse que la sede seccional se halla en el vecino municipio de Atitalaquia), razón por la cual el dirigente petrolero se hizo hidalguense para efectos de su carrera política, si bien es oriundo de Tampico, Tamaulipas.

Fue ya diputado y senador en representación de Hidalgo, por lo que consolidar su poder sindical supone también convertirse en factor especialmente influyente en la política local. De allí su interés en que Tula sea el sitio escogido, en lo que va de la mano con el gobernador Miguel Ángel Osorio Chong. Además, une al líder sindical y al ejecutivo hidalguense su común estrecha relación con Elba Esther Gordillo, con quien Romero Deschamps suscribió un pacto que de ser sincero significaría la "autoinmolación" de ambos, ya que proclama la modernización del sindicalismo mexicano, meta que necesariamente pasa por la democratización, que es un tósigo que ni la dirigente magisterial ni el líder petrolero están dispuestos a apurar.

Otro elemento no técnico-económico, sino simbólico, está presente en este peculiar proceso de toma de decisión. Quizá por eso se buscó que el mecanismo para elegir a Tuxpan, como poderosas razones financieras lo indican, no pareciera un acto de subjetividad del director de Pemex.

Es que en aquel puerto veracruzano nació el 3 de abril de 1921 el padre del actual, también director de la empresa petrolera nacional, Jesús Reyes Heroles. Si bien desde su primera infancia se alejó de su lugar nativo, volvió a él cuando lo representó en la Cámara como diputado federal del segundo distrito veracruzano, en la 45ª. legislatura, elegida en 1961 y que concluyó sus tareas en 1964, precisamente el año en que Díaz Ordaz le encomendó la dirección de Pemex.

De escogerse Tuxpan, como parece lógico, no sería inoportuno que la refinería llevara el nombre del más ilustre de los hijos de esa población (donde también nació Roberto Hernández).

Las refinerías de Pemex han sido bautizadas con evocaciones patrias (Hidalgo, Madero, Lázaro Cárdenas) o de miembros de la industria petrolera (Antonio M. Amor, Antonio Dovalí Jaime, Héctor Lara Sosa). Reyes Heroles fue un notable director de la paraestatal, que con visión de futuro fundó el Instituto Mexicano del Petróleo y canceló los contratos riesgo.

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