América Latina tiene deudas vigentes con grupos negados históricamente por la forma en que se desarrolló el mestizaje en la región, lo que hace necesaria la construcción de una agenda incluyente, afirmó la académica mexicana Rossana Reguillo.
En entrevista con Notimex, la profesora del Departamento de Estudios Socioculturales del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) habló de su conferencia 'Ver y pensar el mestizaje y el conflicto desde la cultura mediática'.
Reguillo expondrá este jueves en Madrid el tema del 'Encuentro Iberoamericano sobre Derechos Humanos y Ciudadanía. Memorias en Transición', que del 26 al 29 de octubre organizan la Fundación Contamíname y la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica.
Explicó que su análisis gira en torno a cómo pensar una sociedad que no sea integrada sólo por uno solo grupo social, sino abrir las puertas a la riqueza cultural de otros grupos 'en condiciones de igualdad y justicia social'.
Argumentó que la visión eurocéntrica hizo que grupos como los indígenas, los afrodescendientes y las mujeres fueran negados o relegados socialmente, lo que se traduce hasta estos días en desigualdad e injusticia.
Consideró que para analizar el mestizaje es necesario hacer a un lado los fundamentalismos étnicos o raciales, y sostuvo que 'el desafío pasa mucho más por saldar la cuenta pendiente con la pobreza; es el gran problema de América Latina'.
Indicó que 'no hay un proyecto, a nivel de países en América Latina, capaz de hacerse cargo de los indígenas, los afrodescendientes y las mujeres; siguen siendo deudas que allí están, y no se trata de un asunto políticamente menor'.
'Creo que es tema relevante y es este el momento en que hay que impulsar una agenda incluyente', agregó.
Señaló que esta revisión histórica permite ver cuáles 'son los procesos que hoy operan en contra de la construcción de una sociedad más incluyente, abierta y tolerante a la diferencia', y eso pasa por rastrear la historia, la memoria cultural y la narrativa del mestizaje.
Comentó que mientras prevaleció la idea en América Latina de que los Estados nacionales eran capaces de incluir toda la diversidad que cabía en sus territorios, en el fondo lo que se construyó fue una imaginería que dejó por fuera a muchos sectores.
Reguillo consideró que el discurso de algunos presidentes latinoamericanos de ideología de izquierda que insisten en querer saldar esa deuda no debe asumirse desde una perspectiva monolítica, ya que hay muchas variantes locales.
'Mi crítica sería que el riesgo de asumir de manera monolítica el asunto es perder de vista que hoy lo que necesitamos es un discurso, políticas e imaginario capaz de motorizar y movilizar no sólo a los indígenas, sino a todos los sectores sociales en igualdad', precisó.
En comparación con otras regiones como Asia o Africa, expuso que el proceso en América Latina, y especialmente en México, ha sido menos violento.
'Quizá esta contención de la violencia estriba en el poder avasallador de las clases dominantes que lograron imponer un proyecto, y la sumisión, no sin resistencias, de los dominados. No es un relato de buenos contra malos, pero sí de hacerse la pregunta de por qué', planteó.
'Es cuando se ve que la construcción de la nación fue una maquinaria cultural poderosa que tiene atada aún muchas cuestiones. También ha sido discurso fomentado por las iglesias, principalmente la católica', sostuvo.
Sobre la forma en que los medios de comunicación asumen o transmiten esta realidad, Reguillo recalcó que hay esfuerzos principalmente de la prensa escrita en México por dar cabida real tanto a los conflictos como a los logros del país.
Subrayó que en este en este proceso de revisión, los medios no pueden asumirse en una posición aséptica y decir que representan a todos por igual, porque hay intereses de éstos al ser empresas que buscan negocios, con intereses e ideología.
'El uso amañado de pretender hacer ver que los medios están más allá de estos intereses, no. Es preferible que cada medio presente su proyecto, que sea claro en eso y así los ciudadanos ya sabrían cómo colocarse', abundó.
Consideró que pese a los avances 'prevalece una agenda centralizada, el ver a la Ciudad de México como país. Hace más falta prensa nacional con vocación articulatoria de las diferencias en el país, que está hoy como esbozos en periódicos pero sigue pendiente la deuda'.
'Donde hay serias deudas con esto es en la televisión. No se ve en televisión mexicana una capacidad de incorporar la problemática del país de una manera no incendiaria o linchadora. Preocupa la asunción de medios como nuevos espacios de Ministerio Público, porque eso no ayuda a construir país o agenda', añadió.
