Las evidencias indican que en Estados Unidos van en constante avance varias políticas tendientes a recuperar principios tradicionales de la sociedad.
Algunos llamarán a esta tendencia conservadora, otros más dirán que es retrógrada, pero la verdad de las cosas es que estos hechos recientes resultan por demás sorprendentes en tiempos cuando se estrena en este país un Gobierno progresista.
Vayamos a los sucesos. En días pasados una encuesta de la agencia Gallup reveló que el 51 por ciento de los encuestados se declaró a favor de la vida, es decir en contra del aborto lo que no ocurría desde hacía catorce años.
En base a la investigación, el 42 por ciento de la población norteamericana mantiene su apoyo a esta práctica lo que representa una minoría de la población.
En Estados Unidos el aborto se definió como derecho constitucional en 1976 en base a una resolución del Tribunal Supremo de Justicia conocida como la sentencia "Roe vs. Wade" que desde entonces prevalece.
No obstante la mayoría de los encuestados no comulga con el aborto, todavía es una minoría la que solicita la revisión de la polémica sentencia.
Es importante saber que una de las personas que demanda cambiar la ley federal es Norma McCorvey, quien fue identificada como Roe y quien promovió en 1976 la legalización del aborto.
Norma fue una de las 27 manifestantes arrestadas en días pasados durante las protestas por la presencia del presidente Barack Obama en la ceremonia de graduación de la prestigiada universidad católica de Notre Dame.
Tanto la encuesta como la visita de Obama prendieron de nuevo el debate sobre el aborto en los Estados Unidos que por vez primera en muchos años ha sido rechazado por una mayoría de la población norteamericana.
El segundo acontecimiento importante fue la decisión de la Suprema de Justicia de California de prohibir el matrimonio entre homosexuales en ratificación a la propuesta que fue votada el pasado mes de noviembre en dicha entidad.
Fue en mayo del año pasado cuando la misma Corte de California dio luz verde al matrimonio entre personas del mismo sexo bajo el argumento de que nadie podía ser discriminado a la hora de contraer una unión legal. En aquella ocasión la votación fue de 4 votos a favor contra 3 en contra.
Ahora la misma Corte reconoció que el matrimonio legal es sólo entre un hombre y una mujer, aunque en la misma sesión ratificó la permanencia de las 18 mil uniones que se realizaron en California, entre junio y noviembre de 2008.
La votación de los magistrados en esta ocasión fue de 6 a favor de la prohibición de la unión entre homosexuales y uno en contra.
La Corte declaró que existían suficientes mecanismos para proteger a las parejas de gays y de lesbianas y que de acuerdo a la votación del pasado noviembre no había razón de considerarlos con el término matrimonio.
La controversia no se ha hecho esperar. De inmediato surgieron en California manifestaciones a favor y en contra de la resolución de la Corte, además de iniciativas que intentan de nuevo llevar esta polémica a las urnas, quizás en las elecciones de 2010.
Resulta significativo entonces que con un Gobierno liberal la sociedad norteamericana muestre signos positivos e intente rescatar valores de tanta tradición como son el derecho a la vida y el matrimonio entre un hombre y una mujer.
Más todavía que parte de estos hechos ocurran en California, un estado progresista que es reconocido por su enorme influencia política y social en el resto de la Unión Americana.
No se puede asegurar que pronto habrá cambios en la ley para prohibir el aborto y las uniones de homosexuales en Estados Unidos, pero sí que ha iniciado una nueva tendencia para detener tantas iniciativas irracionales en los últimos años.
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