Se le recordará por siempre a Brett Favre, por aquel juego de lunes por la noche ante los Raiders de Oakland, el 22 de diciembre de 2003, un día después de que su padre muriera en un accidente de tránsito. (AP)
Todo empezó hace 18 años, cuando el joven Brett fue reclutado en el draft de 1991 por los Halcones de Atlanta, egresado de Southern Miss.
Hoy, dijo que su carrera se terminó. La analogía del cuento de Pedro y el lobo podría aplicarse al coqueteo que ha tenido Brett Favre en los últimos años con respecto a su retiro, donde afirma que se va y luego se retracta.
A los 39 años, el cuerpo ya no responde de igual manera que a los 22, cuando llegó a la NFL y nunca durante toda su carrera se quejó tanto de dolencias, de lesiones o de fatiga como lo hizo en la temporada 2008.
Parece que se le agotaron las ideas a Favre en cuanto a volver a jugar en la NFL una vez que anuncia su retiro. Esta vez no.
Aún está vigente en la memoria ese momento en el que el todavía joven Brett, salió corriendo sujetando su casco por la barra en el Superdome en Louisiana, cuando conquistó su único Superbowl, la edición XXXI, con los Empacadores de Green Bay.
Quizá ése fue su pináculo como jugador de futbol en la NFL. Posee varias marcas históricas para quarterback y de principio a fin un encomiable carisma lo acompañó dentro y fuera del campo.
Pero no todo fue aparecer en las portadas de los videojuegos, entrevistas o ser un constante personaje en los videos de cosas chuscas de la NFL.
Favre tuvo un inicio de carrera muy intrincado. En Atlanta, fue despreciado por Jerry Glanville, el entonces coach de los Halcones y uno de los entrenadores más polémicos de todos los tiempos. Le dio la espalda.
Pero eso fue lo mejor que le pudo pasar a Favre. Desde 1992 hasta 2007, el Lambeau Field fue su casa, halló un hogar, se estableció y se convirtió en uno de los mayores ídolos de una afición acostumbrada a lo mejor.
En 1996, sin embargo, tuvo que admitir en público que era adicto a los calmantes, al vocidn, que sirve para calmar el dolor. Se sometió a rehabilitación y un año después halló el éxito.
Algunos de los récords para quarterback que posee incluyen: el de más pases de touchdown (464), más pases interceptados (310), más yardas por pase (65,127), más pases completados (5,720) y más pases intentados (9,280), más inicios como titular en fila (169), entre otros.
Fue nombrado el MVP de la liga en tres ocasiones (1995-1997), seleccionado en diez oportunidades al Pro Bowl y elegido dentro del equipo ideal de la década de los 90.
Se le recordará por siempre a Brett Favre, por aquel juego de lunes por la noche ante los Raiders de Oakland, el 22 de diciembre de 2003, un día después de que su padre muriera en un accidente de tránsito. Lanzó para 399 yardas y cuatro pases de touchdown.
Parte de su legado fue aquella captura dudosa, en la que Michael Strahan rompió la marca de Mark Gastineau en 2001 de embolsos de pasador en una campaña. Brett se dejó atrapar.
Con la barba grisácea, la fatiga abrumándolo y el brazo cansado, Favre dice adiós. Ahora sí.
