Satisfecho. El Papa Benedicto XVI llega satisfecho de la visita que realizó a Tierra Santa.
El Papa Benedicto XVI llegó ayer a Roma procedente de Tel Aviv, dando por concluido su viaje de 8 días por Tierra Santa, que le llevó a Jordania, Israel y los territorios palestinos.
El avión en el que regresó, un Boeing 777 de la compañía aérea "El Al" aterrizó en el aeropuerto romano de Ciampino a las 16:45 hora local, tras recorrer los dos mil 250 kilómetros que separan ambas ciudades.
Benedicto XVI dijo a los periodistas que le acompañaron en el viaje que deseaba resaltar tres puntos de esta visita. El primero, que "a pesar de las dificultades", ha visto que hay "un gran deseo de paz en toda Tierra Santa, un deseo común de paz" .
El segundo punto que destacó el Papa es que "hay voluntad de diálogo interreligioso entre las tres religiones monoteístas (Judaísmo, Cristianismo e Islam) y una voluntad de colaboración".
El tercer punto, que ha visto "un clima ecuménico muy alentador" en sus reuniones con los ortodoxos y los armenios.
Benedicto XVI reiteró que ha ido a Tierra Santa como "peregrino de paz" , y que entre los momentos más emocionantes de su viaje ha estado la visita a la zona del río Jordán en la que fue bautizado Jesús, así como su visita al Santo Sepulcro de Jerusalén.
El Obispo de Roma animó a los cristianos a seguir sus huellas y a peregrinar a Tierra Santa. Benedicto XVI y la Iglesia Católica piden un estatuto especial que garantice el libre acceso a los lugares santos de Jerusalén a cristianos, judíos y musulmanes, afirmó ayer Federico Lombardi, vocero del Vaticano.
Publicarán carta controvertida
El Vaticano publicará una edición limitada en facsímil de la carta en la que se le solicitó al Papa la anulación del matrimonio del rey Enrique VIII de Inglaterra para casarse con su amante y, cuya negativa, desencadenó un cisma. Se trata de la misiva enviada por los Pares de Inglaterra a Clemente VII, en 1530, en la cual exigieron al Pontífice definir la nulidad del vínculo del monarca con Catalina de Aragón, perteneciente a la nobleza católica. Enrique pretendía contraer nupcias con Ana Bolena, con la cual mantenía una relación amorosa y por ello había elevado al Papa una solicitud de divorcio que nunca fue respondida. El escrito de los Pares instaba al Pontífice a conceder la nulidad. "Los pareceres a favor del divorcio, expresados por los mayores expertos en materia de diversas universidades, deberían bastar al Papa para confirmar con la propia autoridad aquellas declaraciones", sostuvo.