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Del 'deja vu' al vaticinio

Hora cero

ROBERTO OROZCO MELO

Las elecciones federales del pasado 5 de julio desmorecieron a los miembros del Partido Acción Nacional, que ahora se exhibe ante la República con piel escoriada, casi tumefacta. Desde el presidente de la República hasta el último militante de provincia, todos experimentaron susto, sorpresa y lágrimas ante la contundente derrota electoral. Entonces vieron al PRI triunfador en sus buenos tiempos que desplegaba una vez más sus alas como primera fuerza política nacional. Inocentes, los dirigentes del PAN habrían pensado que el campo político de Los Pinos seguiría siendo, para ellos, puro orégano como en los tiempos de Fox. Lástima, pues aquella especulación mental sólo había sido un "deja vu"

El presidente Felipe Calderón Hinojosa y su gurú en el tema económico, comentaron anteayer, sin pudor ni culpa, que la economía nacional está en "su peor recesión después de una década; que habría caído al menos 9 % la tasa anual de crecimiento económico, según los resultados del primer semestre del año 2009; que seis millones de personas, por lo menos, han caído en pobreza de patrimonio y alimentaria, de acuerdo a cifras oficiales y que la clase media podrá verse seriamente afectada. Ahora más del 30 por ciento de los mexicanos carece de seguridad social o sólo están cubiertos por algún programa social del Gobierno y calculó que hasta el pasado año 2008 en los primeros años presidenciales de Calderón la (ya citada) pobreza alimentaria y de patrimonio aumentó en más de 5 puntos porcentuales, pues casi 51 millones de personas carecen de ingresos para satisfacer necesidades tan básicas como la salud, alimentación, vivienda, vestido, transporte y educación".

En este sobrecogedor marco económico, puesto encima del ya conocido marco político, seis destacados miembros del PAN se desligaron abruptamente hace dos días de la campaña del licenciado César Nava, virtual sustituto de Germán Martínez en la dirección política de su partido, considerando que el presidente Calderón tiene metidas las manos en el proceso interno.

No participarán ellos en esta elección interna dijeron el ex presidente del PAN Manuel Espino, los senadores Santiago Creel Miranda -también ex presidente- Ricardo García Cervantes, Humberto Aguilar Coronado, Javier Corral y el diputado Gerardo Priego: tal fue la protesta de este bloque político contra el dedazo presidencial a favor de César Nava, hasta hace poco secretario particular del presidente Calderón.

¿Qué va a ser de Acción Nacional entre estas reacciones pasionales, que dividen más que unificar?

Nadie está para impartir consejos, pero quizá sirvan estas reflexiones a quienes influyen en este partido para observar la actitud resignada de su compañero de militancia, el presidente de la República Felipe Calderón Hinojosa, quien calla, otorga y finge que la Virgen le habla desde el cielo, cuando los ciudadanos y la circunstancia altitonante lo están gritando.

El PRI triunfó en las elecciones intermedias de 2009, lo que supone un efecto inmediato: ahora es la primera fuerza política de la República.

Puede, por sí mismo, ganar muchas votaciones en la Cámara de Diputados y con la ayuda de los votos del Partido Verde Ecologista podrá triunfar en las más complejas.

Ítem más, los votos de Acción Nacional, y eventualmente los pocos del Partido de la Revolución Democrática, podrían ayudar a aprobar una reforma constitucional.

En otras palabras lejos de derrumbarse el tricolor, como vaticinaban los blanquiazules y los amarillos, resurgió de una hipotética ceniza como "el papá de los pollitos" para todos los fines; esto a partir del próximo uno de septiembre en que se integrará la siguiente legislatura del Congreso de la Unión.

¿Qué sucederá después? Lo previsible es que el PRI ganase las elecciones federales del año 2011, hecho que podría auspiciar una renovación de la política nacional y obviamente del mismo PRI. Según se advierte en la mecánica social podrá surgir un nuevo tipo de ciudadanos y ciudadanas que integren una clase de políticos cuyos perfiles afines podrían ser, por ejemplo, la ciudadanía mexicana, la equivalencia de géneros y la tolerancia sobre las preferencias sexuales ajenas.

Podrán ser liberales, quizá conservadores, posiblemente escépticos, seguramente clericales, difícilmente agnósticos y necesariamente cuerdos, reflexivos, cívicamente cultos, honestos y patriotas.

Por lo demás no es necesario esperar mucho para caer en cuenta que los mexicanos podríamos estar mejor ahora que antes y ayer que antes de ayer. El mundo cambia, las sociedades se transforman y nada permanece inerte en la vida.

Recordemos a Paul Valéry: "Así el grano de trigo hallado en un hipogeo germina, según dicen, después de tres mil años de un enjuto sueño".

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