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Demagogos y cínicos

MIRANDO A FONDO

Víctor González Avelar

VARIAS VECES en esta colaboración se ha mencionado que uno de los peores peligros a que está expuesto nuestro México, es que lleguemos a convertirnos en un país de cínicos.

PERO COMO VAN LAS COSAS me temo que ya estamos llegando a ese punto. Basta con oír y leer las declaraciones de Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno del Distrito Federal, para comprobar nuestros temores. Ahora resulta que “Marcelo Herrar”, como ya lo van conociendo los sufridos habitantes del la Ciudad Capital, ha declarado en un acto demagógico, populista y trágico-cómico, que para colaborar y combatir la crisis que ya empieza a estrangular a México, se bajará en un 10% su suelo, esto es, de $75,000.00 pesos mensuales a $67,500.00 pesos mensuales. Que igualmente se les reducirá su sueldo a los altos y medianos funcionarios de su Administración.

QUE ADEMÁS impondrá otros ahorros tales como el uso de teléfonos celulares, papel sanitario, comidas y saraos en restaurantes de lujo, gastos de representación, gasolina, vehículos, etcétera, pero en incongruencia aumentó las tarifas del Metro y del Metrobús.

A LAS MEDIDAS ANUNCIADAS por don Marcelo, respondió la Asamblea Legislativa diciendo que ellos no se bajarían los sueldos, pero ya entrados en el terreno de lo demagógico, debatieron los partidos políticos, esos organismos que están esperando engullirse los 12,000 mil millones de pesos que les entregará el IFE para las elecciones federales de este año, que a los diputados federales también se les rebajen sus dietas. Éstos también pusieron el grito en el cielo y se negaron.

SIN TRATAR DE PROFUNDIZAR en la legalidad o ilegalidad de la demagógica propuesta, bástanos señalar que los ingresos, sueldos o emolumentos de los funcionarios públicos están establecidos en la Ley de Egresos y que jurídicamente sería ilegal modificarlos en el ejercicio fiscal, ya sea para subirlos o para bajarlos.

PARA ESTE TIPO de demagogos son temas sin importancia que no merecen ni siquiera su mención. Y es que un demagogo trata de actuar siempre como tal y además, cínicamente. El demagogo sabe perfectamente que no habría dinero suficiente ni usando todas las reservas del Banco de México, para paliar la crisis. El propio Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, el más rico del mundo, reconoce que los cientos de miles de millones de dólares que ha entregado como fondo de rescate a bancos, hipotecarias y a las gigantes automotrices, no es suficiente.

PERO DON MARCELO asegura que con un ahorro en sueldos y misceláneas que representaría menos de 60 millones de dólares al año, las cosas se mejorarían. Por lo pronto ya empezaron los recortes de personal lo que tendrá como consecuencia, tirar a la calle y a la miseria a miles de empleados de nómina o que cobran por honorarios. Éstos serán sin duda los primeros clientes, junto a sus familias, de los flamantes comedores populares que piensa abrir el jefe de Gobierno.

LA POLÍTICA DE los demagogos manda un mensaje muy claro a los empleados y funcionarios, que consiste en el desaliento para los que sí cumplen y una oportunidad para los raterillos, que viendo inseguros sus ingresos seguirán el camino de la búsqueda, de lo que en el Distrito Federal sobra: la “mordida”.

POR OTRA PARTE, si según las investigaciones de las organizaciones ciudadanas no gubernamentales y los institutos de transparencia, la Ciudad de México rinde aproximadamente 5 millones diarios por concepto de corrupción a sus gobernantes, millones de pesos relacionados con ambulantes, taxis “piratas”, sexoservidoras, giros negros, cabarets, restaurantes, cambios de usos del suelo, licencias, permisos solamente por mencionar los más jugosos, ¿díganme ustedes qué les preocuparía a los funcionarios que les descontaran un diez por ciento de su sueldo?

LA MENTIRA SE VE del tamaño del mismo Popocatépetl. Nuestras autoridades impotentes para combatir la delincuencia y salvaguardar la seguridad de los habitantes del Distrito Federal, ahora la quieren hacer de “hermanas de la caridad” corriendo empleados y mintiéndonos sobre los supuestos efectos benéficos de una política de austeridad.

Y TIENE RAZÓN: ¿Para qué pelear sueldos miserables, si cuentan con los ingresos dorados de todo un organizado sistema de corrupción y tolerancia?

“El cínico es un hombre que sabe el precio de todo, y no da valor a nada” Óscar Wilde (1854-1900) Novelista, poeta y crítico literario.

Comentarios gaasoc@hotmasil.com

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