La comunidad católica renovó sus esperanzas de paz y tranquilidad con la creación de la nueva Diócesis en Gómez Palacio, aunque las celebraciones también fueron el marco propicio para demandar un alto a la violencia que, según dijo el obispo emérito, monseñor José Guadalupe Torres Campos "no debe ser más grande y fuerte que la presencia de Dios".
Durante la caminata que se realizó por la avenida Victoria, desde el estacionamiento de un restaurante del bulevar Miguel Alemán hasta la nueva catedral de Nuestra Señora de Guadalupe, en la avenida Independencia, el clamor constante de los feligreses, niños y adultos, fue la restauración de la tranquilidad, al que monseñor Torres Campos dijo sumarse y exhortó a la ciudadanía a no "acobardarse, porque el enemigo anda rondando".
Reconoció que ante este panorama, se avizoran tiempos difíciles y por esta razon la Iglesia deberá esforzarse para ampliar la labor de evangelización, sobre todo hacia quienes por alguna u otra razón se han apartado y a quienes calificó como "tierra fértil que con amor y atención podemos rescatar". Hizo hincapié en la necesidad de rescatar a la familia y potenciar la riqueza de sus valores.
Desde la media mañana, la ciudad se vistió de fiesta con el acto de bienvenida y entrega de Las Llaves de la Ciudad al primer obispo de la Diócesis de Gómez Palacio, por parte del alcalde, Mario Calderón Cigarroa, quien calificó este hecho como una muestra de Gobierno incluyente.
El alcalde fue el encargado de dar la bienvenida al municipio a Torres Campos, "lo recibimos con alegría porque sabemos que su aporte contribuirá ampliamente a la construcción de un lugar de armonía".
