FE. Cientos de personas atiborraron la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe para darle muestras de fe y amor. Muchos llevaron claveles y rosas, mientras los niños acudieron vestidos de 'inditos'.
Y cientos de devotos se arrodillaron ante la Virgen de Guadalupe. A sus pies dejaron rosas y claveles rojos, y también la promesa de regresar cada año mientras haya vida.
A la avenida Juárez y calle Ramos Arizpe llegaron cientos de personas como sucede cada 12 de diciembre. Para poder entrar a la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe era necesario hacer una fila que cada minuto tenía rostros diferentes.
Los devotos acudieron a la parroquia para recordar las apariciones de la Virgen de Guadalupe a San Juan Diego en 1531. Algunos también fueron a darle las gracias por los favores recibidos, y otros simplemente para demostrarle su fe y amor.
Ayer sábado, nadie recordó el incidente del 22 de noviembre cuando unos disparos de arma de fuego en el Centro de la ciudad, ahuyentaron a los grupos de danza que recorrían la avenida Juárez para recibir la bendición en el templo.
El miedo no tuvo cabida en la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, hasta donde llegaron decenas de niños vestidos de Juan Diego, de la Virgen de Guadalupe, de matachines, y de "inditos", para recibir la bendición.
Saray Almanza lleva a bendecir a sus hijas cada 12 de diciembre. A Valeria la viste de matachín y a Marlene de "indita", "es una manera de demostrarle nuestro amor y fe a la Virgen; también vengo a darle gracias por la salud de mis niñas".
Al templo también acudió Luz Elena Villarreal. Llegó acompañada de su nieta Jazmín, a quien viste de la Virgen de Guadalupe para pagar una manda.
"Mi hija tuvo un embarazo muy delicado, y le prometimos a la Virgen que si la niña nacía bien, vendríamos a darle las gracias mientras haya vida".
Selene Limón vistió a su pequeño de tan sólo ocho meses como indito. "El amor a la Virgen me lo inculcaron mis padres desde que era niña, y así lo haré con mi hijo".
NO TODO FUE FE
Quienes no desaprovecharon la fe de los devotos, fueron los vendedores ambulantes. Se apostaron sobre la avenida Juárez y calle Ramos Arizpe para ofrecer de todo: ropa, comida, juguetes y fotografías con la Virgen de Guadalupe y San Juan Diego.
Los niños se divirtieron en los juegos mecánicos y más de uno lloró cuando sus padres los bajaron de los carritos o caballitos para retirarse de la parroquia.
DANZAN A LA VIRGEN
El fervor religioso no sólo se observó en la parroquia: muchas calles fueron cerradas para venerar a la Virgen de Guadalupe. Los matachines danzaron mientras los devotos repartieron reliquias.
Fe y caos vial en GP
Las fiestas guadalupanas afectaron la circulación vial de algunas calles gomezpalatinas. Tal es el caso de la calle Ignacio de la Llave, ubicada en la colonia Centro, en donde atravesaron un camión para evitar el paso vehicular con motivo del desarrollo de las danzas. Sin embargo esta situación se repitió en diferentes calles de la ciudad, en donde sin ningún señalamiento previo, se obstruía el paso vehicular mientras los danzantes ejecutaban sus mejores pasos a la "Morenita del Tepeyac" y se repartía la reliquia en su honor. Algunos conductores devotos disculpaban con sus rostros las "molestias" causadas por la fe religiosa, sin embargo otros se echaban en reversa con un rostro molesto y maldiciente. Sin embargo a los danzantes y asistentes poco les importaba, pues era más su gusto por mostrarle fe y afecto a la Guadalupana que la molestia de los conductores y la obstrucción de la vialidad sin señalamientos. (Edith González)