Arturo González de Aragón, auditor superior de la Federación, denunció ante el presidente Felipe Calderón que ha sido víctima de amenazas por su labor de fiscalización de los recursos públicos federales.
Dijo que ha sido objeto también de "acusaciones mandases" en los medios de comunicación y ha enfrentado controversias constitucionales -la Secretaría de Gobernación interpuso un controversia ante la Corte para evitar sus auditorias-, acciones que han inhibido el trabajo del órgano a su cargo.
"El camino ha estado lleno de obstáculos, el detector de mentiras, las auditorías fiscales, las acusaciones mandases en los medios, las amenazas anónimas, las controversias constitucionales, los amparos, las denuncias para desviar los resultados de las auditorías y la reducción de los presupuestos de la institución, son acciones que han afectado e inhibido la fiscalización", dijo.
Durante el discurso del auditor, que duró 24 minutos, el presidente Calderón se dedicó por más de 15 minutos a hacer anotaciones y escuchar con gesto serio las palabras del auditor.
González de Aragón dijo ante el presidente que "no podemos ser fabrica de indulgencias plenarias ni instrumentos de la lucha partidista; no podemos expedir cheques en blanco a favor de nadie ni debemos buscar una rentabilidad particular mediante el intercambio de complacencias".
Actualmente la Cámara de Diputados se encuentra en medio del proceso para elegir al nuevo titular del ASF, puesto que González de Aragón concluye un segundo periodo de cuatro años el próximo 31 de diciembre.
Criticó la nueva Ley de Fiscalización y Rendición de Cuentas de la Federación, porque es un monumento a la opacidad.