La Corte Internacional de Justicia falló el lunes que Estados Unidos desafió su orden el año pasado, luego que las autoridades del estado de Texas ejecutaron a un mexicano hallado culpable de violación y asesinato.
La corte más alta de la ONU dijo que Estados Unidos sigue obligado a revisar los casos de unos 50 mexicanos sentenciados a la pena capital, porque se les negó acceso a su consulado después de ser arrestados, como lo requieren un tratado internacional.
En su fallo del lunes, la corte mundial rechazó la solicitud de México para que Washington proporcione garantías de que no realizará ninguna otra ejecución sin efectuar antes una reconsideración de los casos.
Estados Unidos ha argumentado que aunque coincide con México, no está posibilitado para actuar porque el sistema carcelario en su territorio está en manos de los gobiernos de sus estados.
El tribunal de la ONU determinó en julio pasado, en una decisión de emergencia, que las ejecuciones del caso fueran suspendidas en Estados Unidos. Tres semanas después, las autoridades de Texas ejecutaron mediante inyección letal al mexicano José Medellín por la violación y homicidio de dos muchachas.
En respuesta, México pidió al tribunal que determinara que "Estados Unidos violó la orden de la corte" al ejecutar a Medellín y también le solicitó una interpretación de la decisión anterior al considerar que Estados Unidos debería adoptar medidas prácticas para cumplir el fallo.
Entonces, Estados Unidos solicitó a la corte que desestime la queja mexicana, al argumentar que coincide con México, pero que no está posibilitado para actuar porque el sistema carcelario en su territorio está en manos de los estados.
México había planteado a la corte que el derecho internacional debe aplicarse no solamente a Estados Unidos, sino a cada uno de sus estados.
El representante legal del Departamento de Estado, John Bellinger III, afirmó el domingo que el fallo, cualquiera que fuera, no tendría un efecto inmediato sobre si esos reos serán ejecutados o no.
En una directiva de 2005, el presidente George W. Bush ordenó a los gobiernos estatales el cumplimiento del fallo de la corte mundial, pero Texas la rechazó. La Corte Suprema de Estados Unidos resolvió el año pasado por seis votos contra tres que Bush carecía de autoridad para anular el proceso legal texano.
