El viento mecía las llamas de las velas que hacían un juego caprichoso de luces y sombras en el rostro del secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, cuando Porfirio Muñoz Ledo le espetó: es un "invitado de piedra".
Habían transcurrido dos horas de comparecencia en las que García Luna atestiguó el más ríspido debate entre diputados de la naciente LXI Legislatura por el tema de las políticas públicas de seguridad en el país.
El salón de plenos se asemejó a una "capilla": un ataúd, veladoras y una veintena de cruces de papel morado como corolario de la comparecencia de García Luna en la glosa del Tercer Informe.
El escenario lúgubre lo prepararon los diputados del PRD Agustín Guerrero, Ramón Jiménez, Samuel Herrera y Araceli Vázquez.
Los legisladores perredistas llegaron frente a la tribuna de San Lázaro con un ataúd negro, veladoras y tres pancartas que enunciaban la numeralia sexenal de la guerra contra la delincuencia: 15 mil 361 víctimas.
Después vendrían los del PT con sus cruces de papel lustre y un Gerardo Fernández Noroña, irreverente, por momentos provocador, que soltaría casi al inicio de la sesión y después en otras dos ocasiones el epíteto de "asesino".
El calor de las ceras derretidas llegó a las curules panistas, mientras el ingeniero de profesión y secretario del ramo, de traje azul marino, camisa blanca y corbata roja, mantenía el gesto inmutable ante una oposición que lanzaba una artillería de cifras, argumentos y acusaciones sobre su gestión.
Las fracciones legislativas habían fijado sus posiciones en la materia y no concluyó la primera ronda de preguntas cuando estallaron las acusaciones mutuas entre el diputado panista, Javier Corral, y el priista, Alfonso Navarrete Prida.
Dichas acusaciones fueron las que desató un debate que derivó en una votación extraordinaria para permitir tomar la palabra por alusiones personales.
La legisladora del PAN, María Antonieta Pérez Reyes, en tribuna deploraba los dichos de Fernández Noroña, su ligereza de lenguaje escudado en el fuero.
Lo que vendría serían minutos de tensión, gritos y sombrerazos, peticiones de renuncia al funcionario de "por dignidad" abandonar el Salón de Plenos.
El presidente de la Mesa Directiva, Francisco Ramírez Acuña, en medio de la pugna cedía a un cambio de formato para las alusiones personales.
Así como a los ataques, a las críticas al gobierno salinista, a la fuga de "El Chapo" Guzmán en tiempos de Fox, a la cifra récord de secuestros y homicidios en los últimos tres años.
La sesión aderezada con elementos fúnebres derivó en una zacapela verbal, donde por casi dos horas, García Luna observaba el debate y las alusiones a su persona.
Poco después escuchó las invitaciones de los legisladores del Partido del Trabajo, Porfirio Muñoz Ledo y Jaime Cárdenas, así como del perredista Emilio Serrano, a abandonar la comparecencia por no dar respuesta a los cuestionamientos.
Con un corte de pelo a ras del cuero cabelludo Genaro García Luna se convirtió en un mero espectador.
Desde su lugar hacia gestos de contrariedad por no poder responder puntualmente a los cuestionamientos de los legisladores de oposición por los saldos de la guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado.
Político de prácticamente todos los partidos en el país, Porfirio Muñoz Ledo, en tribuna, lapidario, se refería al funcionario y le señalaba con la mano derecha: "es usted un convidado de piedra".
El diputado del PT fue más severo y agregó "pero no porque tenga una piedra en la cabeza o tenga las manos de piedra, sino porque no tiene nada más que decir a esta soberanía".
En dos ocasiones subió a la tribuna a pedirle que saliera del recinto legislativo, y lo señaló una y otra vez pidiéndole que se fuera, por dignidad, porque ya había sido objeto de escarnio.
El ex subprocurador de la PGR en el sexenio de Ernesto Zedillo, Alfonso Navarrete Prida, lanzaba críticas al documento del Informe, los términos inconstitucionales y ante las acusaciones del panista Javier Corral exponía un dato.
"Fue al inicio del sexenio de Vicente Fox cuando escapó el narcotraficante "El Chapo" Guzmán, y hasta ahora no lo han encontrado".
Corral Jurado, subió a la tribuna y defendió a García Luna como lo hizo en su momento con el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont.
Desde ahí devolvió cada una de las acusaciones y repartió responsabilidades a salinistas y zedillistas, y les echó en cara los presuntos vínculos de Raúl Salinas con la delincuencia organizada.
Vendría la calma, la reanudación de la comparecencia, dos rondas de preguntas, respuestas a veces inaudibles por parte del funcionario, las peticiones de los petistas por revisar el quórum y concluir con la sesión.
Afuera, por el rumbo del helipuerto de San Lázaro, seis camionetas negras, blindadas, con una veintena de oficiales de Seguridad Pública federal que aguardaban a que el secretario concluyera con su cita lapidaria para iniciar el cortejo de retornó a la sede de la dependencia.