La Agencia Espacial Rusa (Roscosmos) descartó hoy que los restos de los dos satélites de comunicaciones, uno ruso y otro estadunidense, que colisionaron en el espacio supongan un peligro real para la Estación Espacial Internacional (EEI).
El portavoz de Roscosmos, Alexander Vorobiov, aseguró que el riesgo para la EEI y su tripulación es mínimo, mientras la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA) dijo que el riesgo está dentro de los límites aceptables.
"Roscosmos no ha registrado la pérdida de ninguno de sus aparatos cósmicos operativos', dijo Vorobiov, al señalar que todavía no hay datos concretos de los satélites que colisionaron el martes pasado a una altitud de casi 800 kilómetros sobre Siberia.
El vocero de Roscosmos, citado por la agencia de noticias Itar-Tass, indicó que bajo las actuales circunstancias los escombros generados en la colisión no constituyen una amenaza para la EEI, pero Rusia continuará estudiando el incidente para obtener más detalles.
Como consecuencia de la colisión, los fragmentos de los aparatos espaciales se dispersaron a una altitud de entre 500 y mil 300 kilómetros.
El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Espaciales de Rusia, general Alexandr Yakushin, no precisó el número exacto de fragmentos, aunque señaló que el sistema de control ruso del espacio hace un seguimiento constante de los restos de aparatos espaciales.
El equipo de supervisión espacial de las Fuerzas Espaciales está vigilando los escombros producidos por la colisión.
Yakushin explicó que el satélite Iridium de comunicaciones de Estados Unidos colisionó con el satélite militar ruso Cosmos 2251 a una altitud de 800 kilómetros sobre Siberia.
Precisó que el satélite Cosmos 2251 fue lanzado en 1993 y se ha mantenido inoperativo desde 1995.
La portavoz de la agencia espacial estadunidense, Kelly Humphries, indicó que los dos aparatos, que pesaban media tonelada, habían dejado de operar hace tiempo e insistió que la EEI no corre peligro ya que orbita a una altitud de 400 kilómetros.