El libro. El caos implantado actualmente por el narcotráfico es la premisa principal de ‘El hombre sin cabeza’, el más reciente libro de Sergio González Rodríguez.
MÉXICO, DF.- La narrativa como herramienta para descifrar el caos implantado por el narcotráfico. Esa es la premisa principal de "El hombre sin cabeza", el más reciente libro de Sergio González Rodríguez.
Con este ensayo, el autor de Huesos en el desierto vuelve a poner el dedo en la llaga: la impunidad, las estrategias fallidas del gobierno contra el crimen, la complicidad de las policías con los cárteles de la droga, la indolencia del poder frente a la indignación social, ese dejar crecer situaciones inauditas...
Todo aquello que tiene a México rendido frente a la violencia.
Pero momento, el periodista no cree en la simpleza de la teoría "narco más violencia igual a caos". Para él todo es más complejo:
Las más de 5 mil ejecuciones en un año, las decapitaciones, los cuerpos apilados en un paraje de La Marquesa, las granadas en la noche del Grito de Independencia, las narcomantas, las manifestaciones pagadas por el narco contra el Ejército, los secuestros, las amenazas contra mandos policiacos y los restos humanos "cocinados" en ácido.
Todo ese "caos" en el que nos hemos hundido puede ser, en realidad, una escenificación perfectamente planeada.
"Lo que denominamos caos general, bien analizado a fondo, empieza a ser no un caos, sino una apariencia caótica que lleva un plan donde alguien gana siempre.
No es simplemente que se dé el caos; alguien puso eso que denominamos caos, alguien dejó de hacer cosas para que dominara ese caos.
En el fondo de esto hay una racionalidad de lucro, de ganancia, de dominio, de explotación, que lleva planes específicos".
Es ahí donde la narrativa periodística adquiere un valor significativo. Según González Rodríguez, los creadores que han hecho de la narcoviolencia el motivo de su obra han dado una respuesta estética al fenómeno. Pero también, como escribió recientemente Juan Villoro, protagonizan un acto de resistencia al sinsentido.
"Son intentos de subsanar una carencia de explicación racional por parte de las autoridades", añade el autor, "en el momento en que la sociedad produce, a través de sus creadores, periodistas, artistas, tal cantidad de posibilidades de lectura de este fenómeno, es porque está faltando la institución, es porque las autoridades no saben qué decir o no nos quieren explicar a fondo".
Si se pusieran en una balanza los esfuerzos creativos frente a lo que ha hecho el gobierno para explicar a la sociedad el fenómeno de la narcoviolencia, González Rodríguez apuesta a que ésta se inclinaría de lado de los periodistas, literatos y analistas.
"Ellos sí han hecho un esfuerzo intelectual, de compromiso desinteresado, para explicar realidades del País que las autoridades no explican", asegura.
Encuentro con el 'decapitador'
Para escribir este libro publicado por Anagrama, González Rodríguez removió sus recuerdos personales; retrató ciudades, pueblos, carreteras y hoteles.
Hurgó en documentos de inteligencia.
Rreunió un acervo importante de sociología, literatura y poesía en torno a la decapitación, e incluso se sentó a dialogar con un hombre dedicado a cortar cabezas.
Lo narrado por el decapitador es descrito con escalofriante precisión en el libro. Pero la sensación tras ese encuentro con el México bárbaro es explicada así por el autor:
"La interlocución con esta persona es muy desconcertante, porque actúa como si fuera un hombre de negocios, un empleado disciplinado de una empresa.
Su actitud es absolutamente convencional.
Cuando se refiere a los actos que ha hecho los describe como si estuviera describiendo un procedimiento cualquiera de oficina, o una receta equis".
Algunos datos sobre el interés del autor en el tema del 'narcoterror'.
⇒ ¿Por qué surgen estos personajes?, ¿cuáles son los orígenes antropológicos de la narcoviolencia y del sadismo con el que se expresa? Son solo algunas de las preguntas que González Rodríguez trata de responder en su libro.
⇒ Por lo pronto, responde dos interrogantes que bien podrían plantearse sus futuros lectores.
⇒ ¿Por qué surge un libro así? Porque vivimos una época inusitada de terror, crisis institucional y decadencia.
⇒ ¿Para qué? Para crear, con El hombre sin cabeza, una voz que transmita a los demás el riesgo que hay de que se generalicen estas situaciones irracionales en la sociedad mexicana.
