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Descubre el alcohol a los 11 años

EL UNIVERSAL

Jóvenes comienzan a ingerir alcohol a edades cada vez más tempranas.

MÉXICO, DF.- Darin, una adolescente de clase alta, descubrió el alcohol a los 11 años y a los 12 se le había hecho hábito, exponiéndola a riesgos y naufragios de vida. Veamos su camino tortuoso: “Tenía sobrepeso, problemas para trabajar en equipo y jugar en el recreo con mis compañeros. Quería adelgazar y no encontraba una dieta que me hiciera sentir feliz con mi cuerpo”. Hasta que al ingresar a segundo de secundaria, “encontré a los ‘amigos divertidos’ que mi invitaron a fiestas, haciéndome sentir incluida”.

Beber no sólo le daba creciente popularidad, dice, sino que la hacía atractiva. Inició su vida sexual a los 13. “La ropa me quedaba holgada, había descubierto la dieta perfecta: alcohol toda la mañana, relaciones sexuales por lo menos dos veces a la semana, spinning y, claro, unos tacos bien picosos para bajarme la borrachera antes de que mi papá llegara de trabajar”.

El Manual de diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales establece que el alcoholismo es una enfermedad crónica y progresiva, que de no ser atendida resulta mortal. Específicamente, el “alcoholismo temprano” está documentado en el estudio Diferencias por género en el consumo de alcohol en la Ciudad de México (1999), el cual encontró que desde 1995 ha habido entre los adolescentes “una clara tendencia a beber la primera copa a edades más tempranas en las generaciones más jóvenes”.

Precisa que en 1995 el consumo iniciaba a los 22 años y para 1999, a los 17 años. Luego, la Encuesta Nacional de Adicciones 2001, mostró que esa tendencia bajó a los 15 años, y la de 2008 identifica los 12 años como edad de inicio en el consumo de alcohol.

Otro indicador elocuente es el de la organización denominada Centros de Integración Juvenil (CIJ). De enero de 2007 a junio de 2008, el 82.4% de los niños que acudieron a tratamiento por adicciones en sus servicios de rehabilitación consumió alcohol alguna vez, mientras que el 30.4% llegó ahí específicamente por abuso de alcohol.

Luis Solís, director de Tratamiento y Rehabilitación de CIJ, precisa que hoy en la secundaria “se inicia el proceso para convertirse en futuros adictos, porque es cuando el niño enfrenta cambios cruciales en su vida”.

MÁS MUJERES QUE VARONES

Según la Encuesta Nacional de Adicciones 2008, en México el 57% de las mujeres estudiantes de secundaria consume alcohol, frente a 26% de los varones. Asimismo, cuando menos 281 mil adolescentes de 12 a 17 años abusan de la bebida, en tanto que consumen al menos cinco copas por ocasión.

El mayor problema de alcoholismo temprano ocurre en el Distrito Federal, donde la más reciente serie de encuestas de consumo de drogas en estudiantes (2007) reveló que el 45% de los adolescentes de la Ciudad de México consume alcohol. El 17% presenta problemas con la ingestión excesiva de bebidas embriagantes.

El principal detonador de abuso de alcohol durante la secundaria -revelan cifras de Centros de Integración Juveniles la convivencia frecuente con consumidores habituales (así ocurre en 71% de los casos de los adolescentes adictos). A su vez, la Encuesta Nacional de Adicciones 2008 encontró que un adolescente tiene 4.4 veces más probabilidades de consumir drogas (alcohol incluido) si sus padres lo hacen; 4.6 cuando si es el hermano el que consume, y 10.4 veces si se trata de su mejor amigo.

LA DECISIÓN DE KARLA

Abusar del alcohol puede provocar efectos irreversibles, en especial en adolescentes, refieren estudios publicados por el Fondo de Investigaciones Sociales, AC. Lo constata la historia de Karla. “Siempre ha sido muy alegre”, dice Marta, su madre.

Antes de graduarse de sexto de primaria ya había probado su primera cerveza; tenía 11 años cuando descubrió que las bebidas alcohólicas le producían seguridad, desinhibición y deleite. Pero fue durante el segundo grado de secundaria cuando el alcohol se volvió para ella una costumbre, de modo que “los trabajos en equipo terminaban invariablemente en reuniones para alcoholizarse”.

Marta observó cambios en el carácter de su hija, “a veces era agresiva”. Junto a la puerta de la casa había un jarrón hasta que un día “sólo encontré pedacitos”. Los cuadros colgados en la pared de la escalera comenzaron a aparecer movidos “y a los escalones les faltaban pedacitos”.

Ella supone que esto obedecía a que al subir a su habitación Karla “iba tambaleándose”. Así, hasta que Marta empezó a temer que timbrara el teléfono, pues “significaba que mi hija estaba en problemas.

A veces era de la escuela, la habían encontrado tomando en el baño; otras veces la Policía la había detenido por beber en la vía pública o por pleitos callejeros”. Cuando sus padres le pusieron como ultimátum controlar su manera de beber o irse de la casa, Karla respondió:

“Puedo controlarlo, no soy una ebria”, aunque siguió igual. “Había una botella en cada rincón, y varias más en el clóset”, evoca su madre. Karla se mudó con amigos con el mismo problema; siguió bebiendo, dejó de alimentarse adecuadamente y desertó de la escuela. “Hoy está de regreso en casa, con una hija, sin estudiar y sin reconocer todavía que tiene problemas con el alcohol”, añade Marta.

SEXO DE RIESGO, DESERCIÓN Y VIOLENCIA

Más del 30% de los menores de 15 años que consumen alcohol no toma precauciones al sostener relaciones sexuales, según el estudio “Consumo de alcohol y conducta sexual de riesgo en adolescentes” (2007) publicado en Psychology International por Jorge Raúl Palacios Delgado, Mónica Ivonne Bravo Flores y Patricia Andrade Palos, investigadores de la UNAM. Especifican que el abuso de alcohol los lleva a una mayor frecuencia de relaciones sexuales, menor uso del condón y mayor número de parejas sexuales.

Por su parte, expertos de los Centros de Integración Juvenil explican que los problemas académicos más frecuentes de los adolescentes que son bebedores compulsivos son ausentismo, bajo rendimiento escolar, la expulsión o deserción. Cifras de esa organización precisan también que el 45% de los adolescentes de 12 a 15 años que no asistieron a la escuela en el año previo a un estudio de 2008 consumió alcohol en el último mes.

A la vez, muchos de los niños y adolescentes bebedores que se ven obligados a procurarse una forma de subsistencia la encuentran violando la Ley, según muestran los reportes del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de las Adicciones: el 19.2% de la muestra de menores infractores incluidos en dichos reportes ingiere alcohol de manera regular, y de este universo, el 47.9% afirmó hacerlo una vez por semana y haberse iniciado entre los cinco y los nueve años de edad, en tanto que el 45.8% mencionó haber infringido la Ley bajo los efectos del alcohol.

La Encuesta Nacional de Adicciones 2008, “la más reciente”, encontró que el 10% de los adolescentes de 12 a 17 años que beben, dijo haber tenido problemas con una autoridad por conducir en estado de ebriedad y el 5% por iniciar peleas.

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