Aprueba el Ayuntamiento el Reglamento de Vialidad, pero no se aplica.
Las autoridades municipales descuidaron el equipamiento vial y urbano. Trabajaron sin un proyecto integral de modernización y eficiencia y no se destinaron los recursos necesarios para darle a la ciudad una mejor cara en este rubro.
Recientemente, el presidente del Consejo de Vialidad, Óscar Soto, dijo que "nunca se trabajó con un proyecto definido e integral para modernizar y hacer eficiente ese renglón de servicio".
Lo más sobresaliente que realizó la Administración que está por concluir fue la aprobación del Reglamento de Vialidad, sin embargo, no se aplica. También está la inversión de 30 millones de pesos en la instalación de un Sistema Centralizado de Semaforización, el cual se quedó a medias. Así, los semáforos siguen fallando con "apagones" de CFE o sin ellos, les falta sincronía y por lo tanto, los cruceros siguen saturándose, sobre todo en horas "pico".
Hacen falta señales de tránsito adecuadas y nomenclaturas informativas sobre límites de velocidad o que indiquen zonas escolares o de hospitales. Los automovilistas circulan con la misma velocidad en calles, avenidas, calzadas o bulevares porque no hay señalamientos suficientes que marquen los máximos.
Los agentes de tránsito no pueden infraccionar a un automovilista que invada un paso peatonal porque las rayas desaparecieron. Lo mismo sucede con los guiones que separan carriles de circulación de manera que, en caso de accidentes, es difícil comprobar quién invadió el carril si éste no está marcado.
La imagen de las principales vialidades, lo mismo en el Centro Histórico que hacia el Norte, donde se registra el crecimiento de la ciudad es de deterioro por las condiciones del pavimento, así como la presencia de baches, hoyancos y la cordonería destrozada de los camellones, al igual que su pintura amarilla sucia y avejentada.
La falta de rayas en pasos peatonales, guiones en los carriles, semáforos modernos y señales viales en general, evidencian el descuido en esta materia. El año pasado, paralelamente a la aprobación del Reglamento de Vialidad se anunció que se destinarían recursos para atender las necesidades relacionadas a la aplicación de las nuevas dispociones viales. Pero todo quedó en buenos propósitos y el rezago actualmente habla por sí solo.