Muy mal se vio el lanzador Roberto "Metralleta" Ramírez, la noche del jueves, al término del juego, con esa "diabla-señal" que le hizo a muchos aficionados que acudieron al Parque Revolución a disfrutar el quinto juego de la serie del playoffs de la Zona Norte.
Pero el peor de los casos es que el pitcher veracruzano no midió consecuencias, y la obscenidad cometida fue vista por los niños, que nada tienen que ver con los gritos, incluso insultos, que los aficionados mayores les lanzaron a los peloteros del equipo Diablos Rojos del México.
De la "diabla-señal" fue testigo el ingeniero Alejandro Soto, anotador oficial de la Liga Mexicana, quien si es honesto debe reportar el hecho a la Liga. Aunque también presente en el mismo terreno de juego del Parque Revolución, muy cerca de los peloteros, se encontraba Néstor Alba Brito, alto ejecutivo de la Liga Mexicana, quien de seguro se dio por enterado de lo ocurrido, quien de querer proteger al susodicho pelotero, seguramente se hará como el que no vio nada.
La actitud del "Metralleta" Ramírez seguramente molestó a gran número de aficionados, quienes se aglutinaron en la salida del Parque Revolución para gritarles a los peloteros hasta de lo que se van a morir.
Pero como es obligación de los directivos del club de casa darle protección al equipo visitante, optaron mejor por concentrar en el terreno de juego a los jugadores, dando tiempo para que se desalojara el Coloso de la avenida Juárez, metieron hasta el interior del estadio el ómnibus que trasladó a los peloteros al hotel donde estaban hospedados y se acabó el problema.
Y todo por la "diabla-señal" de Roberto "Metralleta" Ramírez, quien debe ser sancionado por la Liga Mexicana por irrespetuoso con la afición, que es la que mantiene el espectáculo y de donde sale el recurso para cubrir sus sueldos.
Por otro lado, es bonito recordar lo emotivo que resultaron los tres juegos de playoffs que se vivieron en el Parque Revolución, luciendo los tres días llenos absolutos, como nunca antes había ocurrido, disfrutando los aficionados al filo de la butaca el desarrollo de cada cotejo, por supuesto con el apoyo absoluto para los Vaqueros Laguna.
Quien se llevó las palmas y el reconocimiento del público, la noche del miércoles, fue el jugador dominicano, segunda base de la escuadra naranja, Dionys César, a quien se le entregó la constancia como Campeón Bateador (.380 de porcentaje) de la Temporada 2009, así como máximo líder en los departamentos de hits (156), hits dobles (36) y robador de bases con 40.
La afición lagunera sabe reconocer a sus valores, y se le entregó en un fuerte y nutrido aplauso. Por cierto, el "Alebrije" dominicano se convierte en el tercer jugador de la franquicia lagunera en lograr el título individual de bateo, emulando los campeonatos de James Bell en 1940 y Warren Newsom en el año 2000.
