Estafas. Los fondos Stanford son considerados una estafa por parte de las autoridades financieras en Estados Unidos. ARCHIVO
El multimillonario tejano Allen Stanford dijo ayer que no operó un esquema Ponzi como acusan reguladores estadounidenses, y dijo que sus empresas estaban bien manejadas hasta que el Gobierno las incautó en febrero.
"Si la Comisión de Valores no hubiera intervenido y 'destripado' una organización viva y fuerte, como lo hicieron, no hay dudas sobre la faz de la tierra que todos habrían sido compensados y habría dinero de sobra", dijo Stanford en su primer día de entrevistas con los medios.
La Comisión de Valores de Estados Unidos acusa que el financista, sus dos principales asistentes y tres de sus empresas estuvieron involucrados en un fraude por 8,000 millones de dólares con certificados de depósitos de alto rendimiento.
En un trama de Ponzi o piramidal, los primeros clientes obtienen altos rendimientos del dinero que aportan nuevos miembros.
Stanford, quien fundó y preside el directorio de Stanford Group Co y sus filiales, dijo que personalmente no supervisa las inversiones de la empresa.
"No superviso nada en términos de cartera de inversión. Eso era responsabilidad del presidente financiero", dijo Stanford, que llevaba prendido un broche con el águila que identifica a su compañía.
"Yo dependo de que otras personas realicen su trabajo con honestidad e integridad y asumí que lo hacían", añadió.