“El derecho está por encima del poder.”
Víctor Hugo
El operativo de la Policía Federal el primero de agosto en la capilla del Perpetuo Socorro en Apatzingán, Michoacán, fue un éxito porque las autoridades lograron la captura de un presunto miembro de la Familia Michoacana, Miguel Ángel Beraza Villa, La Troca. Se convirtió también, sin embargo, en una demostración de los abusos que los policías cometen en sus acciones contra el crimen organizado.
Las personas que se encontraban en esa iglesia el sábado pasado -muchas de las cuales acompañaban a un niña, Liz Veras Aguirre, con síndrome de Down, que festejaba sus 15 años de edad- fueron sometidas a horas de terror, insultos, vejaciones y golpes en un operativo en que decenas de personas fueron detenidas sin orden de aprehensión y sin que hubieran cometido más delito que asistir a misa.
María Álvarez González no acudió a la iglesia por los 15 años de Liz. Me dice que fue a misa el sábado en vez del domingo para hacer unas compras de frutas. Cuenta cómo mujeres, algunas embarazadas; niños, algunos con síndrome de Down; y ancianos, buscaban refugiarse ante los agentes que los encañonaban e insultaban a gritos.
Vinicio Cortés Álvarez, su hijo, un diseñador, fue detenido “porque estaba en misa y porque era hombre”. Durante varios días lo mantuvieron incomunicado en la SIEDO de la Ciudad de México. Ayer en la mañana ya se había comunicado con su madre, pero no había regresado a Apatzingán.
Ana Luisa Mesa Torres tampoco estaba en la iglesia por los 15 años de Liz. Acudió en sábado “por ser primero de mes y por Nuestra Señora de la Providencia”. A su esposo los agentes le dieron una patada por defender a su hijo menor de edad. A las mujeres y niños “nos decían groserías” y nos amenazaban Cuando reunieron a los hombres, “a mi esposo lo seguían golpeando.”
El esposo, Esteban Lugo Melgarejo, es maestro de secundaria. Durante varios días lo mantuvieron incomunicado en la SIEDO. Sigue detenido, como también lo está el hermano Ana Luisa, Esteban Mesa Torres, quien es agricultor. Después de varios días de angustia, ambos ya se han comunicado con la familia, pero ayer seguían detenidos sin que hubiera cargos en su contra.
Las autoridades tenían razón en suponer que algún delincuente estaría en esa misa del primero de agosto. Aparentemente esperaban capturar a Servando Gómez Martínez, La Tuta, pero se encontraron con La Troca, quien ha aceptado pertenecer a La Familia.
Según información dada a conocer por Ramón Pequeño García, jefe de la división antidrogas de la Policía Federal, otros 33 hombres fueron detenidos en el operativo, pero se les envió al ministerio público simplemente como “presentados” y no como indiciados. Me imagino que a todos ellos se les dejará en libertad con el consabido “Usted disculpe”.
La Conferencia del Episcopado Mexicano ha protestado por la acción policial en una misa. La crítica es injusta porque las iglesias son tan parte del territorio nacional como cualquier otro lugar (el único territorio que parece exento de una acción policial es la UNAM).
Pero no podemos cerrar los ojos a los abusos que se han cometido en éste y otros operativos, ni podemos despreciar el hecho de que decenas de personas fueron privadas de la libertad por la Policía Federal, trasladadas sin su conocimiento a otra ciudad y mantenidas incomunicadas durante días sin orden de aprehensión.
Podemos aplaudir los triunfos que las autoridades federales han tenido en los últimos tiempos contra distintas bandas de delincuentes.
Pero si persisten los abusos a las garantías individuales, el apoyo popular a este esfuerzo se deteriorará. No se vale combatir a la delincuencia violando la ley.
ECHARSE UNA CERVEZA
Barack Obama piensa que los problemas pueden arreglarse echándose una cerveza en la Casa Blanca. George W. Bush pensaba que podía hacerlo echándose a un iraquí. Es una diferencia muy grande. Ayer Obama cumplió 48 años de edad.
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