Papeles confidenciales. Detalle de los documentos que portaba el subcomisario Bob Quick, jefe del departamento contra el terrorismo de la Policía Metropolitana de Londres (MET), a su llegada ayer al número 10 de Downing Street donde mantuvo una reunión con el primer ministro británico Gordon Brown.
Según informes el atentado podría haberse realizado el lunes de Pascua.
LONDRES, INGLATERRA.- Los doce sospechosos detenidos ayer en el Noroeste de Inglaterra planeaban un gran atentado en los próximos días, mientras que el alto cargo policial cuyo descuido precipitó esa operación antiterrorista presentó su dimisión.
El primer ministro británico, Gordon Brown, confirmó ayer que los presuntos terroristas (once paquistaníes con visado de estudiante y un nacional británico) urdían un "complot terrorista muy grande", que las fuerzas de seguridad investigaban "desde hace algún tiempo".
"Sabemos que hay vínculos entre terroristas en el Reino Unido y terroristas en Pakistán", dijo Brown, al agregar que hablará con el presidente paquistaní, Asif Alí Zardari, a fin de que el país asiático refuerce la cooperación contra el terrorismo. Pese al mutismo de la Policía, fuentes de la lucha antiterrorista revelaron a la edición electrónica del diario "The Guardian" que los sospechosos pretendían cometer un ataque inspirado por la red Al Qaeda de manera "inminente".
Según esas fuentes, el atentado podría haberse perpetrado el próximo lunes de Pascua, día festivo en este país, como muy tarde, si bien no están claros cuáles habrían sido los objetivos de ese ataque. Asimismo, fuentes cercanas a la investigación declararon a la cadena pública británica BBC que el supuesto atentado iba a ser "muy, muy grande" y se pretendía llevar a cabo "pronto".
"Percibimos que la amenaza estaba ahí y tuvimos que actuar", señaló en rueda de prensa Peter Fahy, jefe de la Policía del condado septentrional de Greater Manchester, uno de los tres cuerpos que tomó parte en la operación antiterrorista.
Fahy aclaró que las redadas -practicadas en un cibercafé de Cheetham Hill (Manchester), la biblioteca de la universidad John Moores de Liverpool y una pensión de Clitheroe (condado de Lancashire), entre otros lugares tuvieron que adelantarse 24 horas tras el descuido que tuvo el miércoles un alto cargo policial.
El subcomisario Bob Quick, jefe de operaciones antiterroristas de Scotland Yard, se dejó ver con documentos secretos en Downing Street, residencia oficial de Gordon Brown, con quien tenía prevista una reunión, junto a la ministra del Interior, Jacqui Smith. En un fajo de papeles que Quick portaba bajo el brazo, se distinguía claramente uno de color blanco marcado con la palabra "secret" (secreto).