Más de 300 presuntos rebeldes fueron detenidos en la provincia de Anbar por autoridades iraquíes, después de los recientes ataques ocurridos en el área.
Muchos de los aprehendidos son ex prisioneros, que se cree fueron puestos en libertad por las fuerzas estadunidenses de acuerdo con un pacto de seguridad con el gobierno iraquí, informó la cadena BBC.
En hechos paralelos y cuando viajaban a bordo de un autobús, cinco peregrinos iraníes murieron y 35 más fueron lesionados durante una agresión de pistoleros, informó la policía.
Los devotos fueron detenidos en el camino en su ruta a los lugares santos en Irak, 65 kilómetros al este de Baquba, en la provincia de Diyala, por un grupo de motociclistas que abrió fuego en su contra.
El Ejército estadunidense había informado que dos atacantes y un transeúnte fallecieron en Abu Ghraib, al oeste de Bagdad, el martes, cuando un convoy de Estados Unidos fue embestido.
Las agresiones en el país han ido en aumento, al tiempo que las tropas estadunidenses se retiran de zonas urbanas, acción que culminará a finales de julio.
En Ramadi, capital de Anbar y donde los arrestos fueron realizados, tres personas murieron al estallar una bomba colocada afuera de un restaurante.
Los funcionarios iraníes condenaron los ataques, imputándolos a la presencia de las fuerzas estadunidenses en Irak.
El supremo líder, el ayatola Alí Jamenei dijo a través de un comunicado en su página electrónica que Irak debería "seriamente oponerse a tales crímenes".
"El crecimiento de hierbas venenosas del terrorismo en Irak será indudablemente colocado en el historial criminal de América", añadió.
Irán culpa a Estados Unidos por causar caos en Irak, en tanto el país de América del Norte señaló que Irán se está entrometiendo en ese país al apoyar a la milicia chiíta.
