Una antigua biblia hebrea del año 1516 confiscada por los nazis hace exactamente 71 años fue devuelta a su legítimo dueño, la Comunidad Judía de Viena, informó la Fiscalía de Nueva York.
El fiscal neoyorquino Preet Bharara detalló hoy a través de un comunicado que en la "Noche de los cristales rotos" ("Kristallnacht") del 9 de noviembre de 1938, que marcó el inicio del Holocausto, miembros de la Gestapo -servicio secreto nazi- se incautaron de los bienes de la biblioteca de la Comunidad Judía de Viena.
Entre dichos bienes se encontraba la citada biblia, que fue donada a la organización en 1908.
Los bienes incautados fueron trasladados a Berlín, y con la evacuación de la ciudad que tuvo lugar en 1943 parte de ellos fue sacado del país.
La Fiscalía de Nueva York detalló que a principios de este año la casa de subastas neoyorquina Kestenbaum & Company anunció la celebración de una puja para el 25 de junio de 2009 en la que se encontraba ese libro sagrado como parte del catálogo.
Las autoridades estadounidenses informaron a su propietario, un intermediador suizo, de la historia del libro y éste accedió a devolverla a sus legítimos propietarios, según la Fiscalía.
Se trata de la tercera repatriación de bienes confiscados durante el Holocausto que tiene lugar este año gracias a la colaboración de la Fiscalía neoyorquina y la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) de Estados Unidos.
"Hace hoy 71 años los nazis llevaron a cabo violentos ataques coordinados contra la población judía, saqueando los lugares donde vivían, trabajaban y se reunían. El paso del tiempo no merma nuestro recuerdo y se ha de devolver a los supervivientes las obras de arte y símbolos preciados que se les robó", apuntó Bharara.
Hace 71 años, en la noche del 9 de noviembre de 1938, los nazis instigaron una serie de revueltas callejeras contra los judíos en Alemana y Austria y, en unas horas, miles de sinagogas y de casas y negocios judíos fueron destruidos.
Alrededor de 30.000 judíos que fueron detenidos en la conocida como "Kristallnacht" serían los primeros en ser enviados a campos de concentración y otros 91 murieron en los ataques.