Los descendientes de un jefe africano que fue ahorcado y decapitado por un general holandés hace 171 años aceptaron a regañadientes la devolución de la cabeza, todavía indignados pese a que los holandeses intentaban corregir un error histórico.
La cabeza del rey Badu Bonsu II fue descubierta el año pasado en un frasco de formol en la colección anatómica del Centro Médico de la Universidad de Leyden. El gobierno holandés, avergonzado por el descubrimiento, accedió a las demandas de Ghana de que devolviese la reliquia.
El jueves, miembros de la tribu Ahanta, del rey, vestidos con túnicas negras y fajas rojas, participaron en la ceremonia de entrega, pero los descendientes del monarca estaban resentidos.
"Estoy dolorido, enojado. Han matado a mi abuelo", dijo Joseph Jones Amoah, tataranieto del jefe.
La cabeza no fue exhibida durante la ceremonia y se anticipa que será trasladada el viernes a Ghana con miembros de la tribu.
Los jefes tribales dijeron después de la ceremonia que también estaban enojados porque el actual jefe los envió sólo para identificar la cabeza y no para llevarla de regreso, ya que hacer eso sin reportarlo primero al jefe sería una violación del protocolo, explicaron.
La cabeza fue tomada por el mayor general Jan Verveer en 1838 como represalia después que Bonsu mató a dos emisarios holandeses, cuyas cabezas fueron expuestas como trofeos en el trono de Bonsu, dijo Arthur Japin, autor holandés que descubrió la cabeza del rey mientras trabajaba en una novela histórica.
El canciller Maxime Verhagen aprovechó la ceremonia para disculparse por la participación holandesa en la trata de esclavos. Ghana, en ese entonces conocida como Costa de Oro, era una base de los esclavistas holandeses.