El músico tapatío Carlos Santana tiene un sueño: lograr una señal por televisión en la cual se transmita, durante todo el día, únicamente amor y música. En la imagen, concierto que dio en el Zócalo capitalino. (El Universal)
Carlos Santana tiene un sueño: lograr una señal por televisión en la cual se transmita, durante todo el día, únicamente amor y música. Hasta el nombre ya lo tiene pensado: “Canal Sagrado”.
“Aspiro a tener un canal invadido de amor, belleza, elegancia, pureza, paz, en el que sólo se enseñe a querer y amar. Donde se pueda ver lo mejor de la humanidad. Lo quiero hacer porque ahora por la televisión sólo pasan guerra, brutalidad, escándalo, chismes”.
El guitarrista tapatío habló vía telefónica desde Puerto Rico para la prensa mexicana.
El ganador de nueve premios Grammy y de quien se han vendido más de 90 millones de discos, contesta siempre con algo religioso.
Cuando se le preguntó acerca de las obras de beneficencia en las que participa, su respuesta es rápida.
“Nunca he dejado de dar dinero. Es importante que la gente aprenda que los jóvenes son importantes para el futuro. Kellogs, la que hace los cereales, me dio 720 mil dólares para invertir en educación. Todo lo que me han ofrecido va para las mujeres violentadas por soldados rebeldes en el Congo y para niños afectado por sida en África”.
Santana está a unos días de regresar a México para ofrecer cuatro conciertos repartidos entre Acapulco, Puebla, Distrito Federal y Guadalajara.
Serán todos un viaje por su trayectoria musical donde se escucharán, entre otras, “Black magic woman”, “Jingo”, ”Samba pa ti” y por supuesto el álbum “Supernatural”.
“Si hay un concierto que tengan que ver en 10 años, vengan, este será un concierto en el que se pararán los pelos, el sonido trasciende”, expresó el músico.
Cuando llegue a México, buscará comer machaca y bisnaga, alimentos que extraña con frecuencia. Y aunque lleva radicando 40 años en Estados Unidos, afirmó que siempre ha sentido orgullo por representar a México.
“Los que no me creen me usan como pantalla para reflejar su imagen negativa, su insatisfacción, su inconsistencia. No me afecta que haya gente con esos sentimientos, para mí el encanto lo da la música y todo lo que tiene que ver con ella”.
Y ahora con el nuevo presidente estadounidense, Barack Obama, espera que las cosas cambien.
“Creo que puede ser una diferencia, el sí siente, no como el otro, y tiene mucha energía”.